Si nos remontamos a los momentos iniciales del año es inevitable pensar en uno de los peores temporales jamás vividos en la ciudad: la borrasca Filomena. Todas y todos conocemos las consecuencias que trajo consigo dicha borrasca, pero no todo fueron noticias negativas.
Entre la adversidad también surgió la solidaridad. Desde el CAT San Blas, que es un albergue para personas sin hogar de origen migrante financiado por el Ayuntamiento y gestionado por Cruz Roja, un grupo de beneficiarios del dispositivo empezaron a colaborar con los vecinos y vecinas de su barrio para quitar la nieve y permitir que sus trayectos sean más cómodos y seguros.
Una bonita historia de humanidad, trabajo en equipo e integración de los chavales y chavalas del dispositivo en el barrio, todo un ejemplo del trabajo que se realiza en Cruz Roja con las personas de origen migrante.
Puedes acceder a la historia completa si pinchas en la siguiente foto: