El secretario autonómico nos abre las puertas de Marruecos, país donde disfrutó de unos días de descanso, la pasada Semana Santa. Esta es su crónica:
Para aquellos que aún no habéis visitado este país os lo recomiendo a marchas forzadas. La pasada Semana Santa visité una vez más Tánger, y conocí Rabat y Casablanca, ciudades que tenía pendiente visitar (y es verdad la película Casablanca tenia parte de culpa). No tenía muchas expectativas sobre Rabat pero me impresionó, y especialmente el Kasba y el Mausoleo de Hassan.
A Tánger puedes llegar fácilmente desde Tarifa en un ferry rápido que no llega a durar más de 45 minutos, incluso recomiendo el coche, aunque te tienes que armar de paciencia para pasar la aduana en Tánger, al igual que al entrar en la misma.
Marruecos no es un país en el que tener prisa, ellos se toman su tiempo para todo. Y tampoco inseguro. Es muy respetuoso con los turistas, lo único que tienes que estar dispuesto al regateo.
En Marruecos tienes que alojarte en buenos hoteles no menos de cuatro estrellas y especialmente recomiendo los Riad, verdaderos palacios marroquíes. Ojo, cuidado que nada tiene que ver un Riad por dentro al aspecto exterior, os impresionará.
Las medinas son espacios obligatorios para compras y especialmente para visitar y observar sus contrastes. Personalmente me gustan los mercados de pescados, frutas y carne y suelo huir de las zonas de venta de ropa falsificada, allí puedes encontrar casi todo. Por supuesto, no hay dejar de visitar las tiendas de cerámicas, lámparas y alfombras. La sesión de venta de alfombras es una experiencia única, no dudes en recibir cordialmente un buen té y atender las explicaciones de los vendedores, el peor momento es cuando decides no comprar…
Por supuesto no puedes dejar de probar el cuscús con pollo, o el tajine de verduras, y especialmente los dulces marroquís. Aunque también puedes encontrar cualquier tipo de comida internacional, y especialmente española. Recordar que en Marruecos no se puede tomar alcohol en la mayoría de lugares, hay que preguntar que tengan licencia para ello. Tanto la cerveza como el vino es caro, aunque es de excelente calidad.
Recomiendo realizar un viaje en tren, nada tiene que ver con nuestro sistema de transporte.
En otra ocasión os hablaré sobre Tetuán, Asilah, Fez, Marrakeh o Chaouen (precioso poblado azul, demasiado turístico a mi entender).
Aún me queda descubrir desde Marrakeh hasta el sur, todos los pueblos del Atlas, todo el mundo me dice que ahí está el verdadero Marruecos.
Hasta la próxima, espero haberos descubierto el interés sobre nuestro vecino país.
GABRIEL