Casi sin darnos cuenta, nos hemos plantado en mitad del verano. Para la mayoría, verano es sinónimo de vacaciones, bien sea mediante sobredosis de vitamina D en una playa, recorriendo ciudades de ensueño, o haciendo senderismo en entornos naturales privilegiados. Llegados a este punto la pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿Qué tipo de viajeros y viajeras queremos ser?
Si la respuesta es «responsable«, es decir, concienciados, respetuosos e informados, os damos algunas recomendaciones. Vamos con ello:
- Optar por hoteles, restaurantes, alojamientos y recorridos turísticos que cuenten con una certificación de cumplimiento de ciertos requisitos medioambientales, respetuosos con la naturaleza.
- Si tenemos que coger un avión, existen buscadores como Skyscanner que muestran la comparativa de la huella de carbono de cada vuelo.
- El tren es el medio de transporte que menos contamina, siendo responsable del 0,7% de las emisiones totales de CO2, según la Asociación Ferroviaria Española.
- Si tienes que comprarte una maleta nueva, ten en cuenta que ya hay marcas que fabrican con envases reciclados y generan un menor impacto ambiental. Incluso alguna de estas marcas tiene puntos de reparación para prolongar el uso de sus productos.
- No imprimas nada y llevar todos los justificantes, bonos y billetes en el móvil.
- Para moverse en el destino utilizar el transporte público, la bici, el patinete, o nuestras piernas.
- Si compra de suvenires asegúrate de que sean de fabricación local.
- Elige los restaurantes que ofrezcan comidas elaboradas con productos locales.
Por lo que respecta a los ODS y la Agenda 2030, el turismo puede contribuir, directa o indirectamente, a la consecución de TODOS los objetivos, y se ha incluido de forma explícita en varias metas de los objetivos 8, 12 y 14.