En Cruz Roja contamos con personas que ante cualquier nuevo reto siempre están dispuestas a dar un paso hacia adelante. Este es el caso de Paloma Cano, la actual directora técnica de la asamblea de la Sierra Norte. Paloma ha demostrada desde que se unió a Cruz Roja su pasión por la institución y su valentía para afrontar nuevos retos. Tras un año en el puesto en funciones, Paloma fue ratificada el pasado verano. Por ello, hemos querido charlar un ratito con ella y que nos contara su experiencia dentro de la casa.
¿Quién eres, cuánto tiempo llevas en Cruz Roja y qué labores has desempeñado ?
Soy psicóloga clínica y también he trabajado mucho como psicóloga social. Empecé en Cruz Roja en el 2017 como voluntaria de la asamblea de Majadahonda-Las Rozas, en el proyecto de Mujer. De ahí me salieron varias suplencias, hasta que salió una plaza de técnica de Mayores en Majadahonda a la que conseguí entrar. He pasado por varias asambleas como la de San Lorenzo de El Escorial, Alcorcón, Navalcarnero-Alberche y he desempeñado puestos en las áreas de Mujer, Voluntariado y Mayores.
Esto me ha hecho tener una visión de la intervención en el entorno urbano y en el rural, y ver las diferencias que existen entre los territorios. Siendo tan cercanos geográficamente, son muy distintos.
¿Por qué decidiste dar el paso a presentarte a Directora Técnica en Sierra Norte?
La verdad es que me lo planteé como un reto. Yo había ejercido anteriormente como directora en perfiles socio-sanitarios más que sociales, pero no dejaba de ser una experiencia que ya tenía. La distancia también es algo que me planteé, porque yo vivo en Las Rozas, a más de 100 kilómetros de la sede.
Me ofrecieron esta situación profesional, y supuso una nueva etapa y con nuevo equipo. No conocía con detalle algunos proyectos, pero me apetecía dar ese paso. Me llamaba la atención ver todos los proyectos desde una perspectiva amplia. Sierra Norte es una asamblea con muchas singularidades, y sentí que tenía algo que aportar allí.
Si por algo me hice voluntaria de Cruz Roja es porque creo en la Institución. He pasado por varias ONG y las herramientas que da Cruz Roja son muy singulares, muy propias. Tienes la sensación de que la ayuda que llega a las personas es real. Eso unido a que tenemos una visión integral, y esa posibilidad de dar acompañamiento en lugar de una ayuda puntual, me fascina.
Tras un año en funciones, estás ratificada como Directora Técnica ¿qué reflexiones y aprendizajes sacas de este primer año?
La reflexión yo creo que va hacia la capacidad de Cruz Roja para llegar a las personas en todos los ámbitos y situaciones. En esta asamblea hay mucha distancia entre municipios, muy baja densidad de población, el tema del transporte es complicado y la presencia empresarial es casi nula. Entonces nosotros buscamos dar una ayuda a estas personas que normalmente no reciben.
Nuestro plan de Empleo aporta muchísimo, la gente aprende a emprender, a buscarse la vida para superar todas las dificultades que están entre su situación y una situación que deja de ser vulnerable en cualquier ámbito. También en Mujer o en Personas Refugiadas, tenemos un centro en Buitrago, y les damos herramientas para mejorar su vida.
El equipo es bastante nuevo y creo que en la asamblea todos tenemos muchas ganas de aportar, una frescura de ideas y mucha pasión por lo que hacemos. Es verdad que este año ha coincidido con el coronavirus y hacer un balance del año es complicado.
En cuanto a aprendizajes, muchísimos. He aprendido de la capacidad de todas las personas, técnicos, voluntarios y participantes, para reinventarse, buscar soluciones creativas y poner a grandes males grandes remedios. También he aprendido mucho de las personas que viven allí.
¿Cuál crees que es tu sello personal como profesional?
Yo tengo una experiencia muy ecléctica, en clínica y en colectivos, y creo que he aportado cosas diferentes dependiendo de donde estaba trabajando. Pero si algo destacaría de mí es que creo que soy buena en la gestión emocional, saber manejar situaciones conflictivas. También considero que soy muy creativa y que tengo mucha tolerancia a la frustración, por lo que para mí es sencillo buscar alternativas cuando las cosas no salen bien.
Hablamos del Covid-19, porque tu asamblea está en la sierra, en un entorno con menos incidencia de casos, pero con mismas medidas restrictivas. ¿Cómo ha influido y cómo habéis respondido en los diferentes proyectos?
Creo que nosotros como Cruz Roja tenemos una potencia fundamental que es el voluntariado. Así que lo que hemos tratado de hacer es dar un entorno de seguridad, de cosas bien hechas en un momento de mucha incertidumbre. La respuesta del voluntariado ha sido muy interesante y creo que han agradecido llegar a una institución que sabe cómo manejar el voluntariado. Entonces han podido participar con el máximo de garantías, porque había muchas ganas, pero también preocupaciones y miedos.
Luego, hemos dado respuesta a las necesidades que nos planteaban los ayuntamientos. Nuestros municipios son muy pequeños, tenemos el más pequeño de la Comunidad de Madrid, que tiene algo más de 40 habitantes, y el más grande no llega a 5.000. A nivel vecinal son pueblos que tienen muchos recursos, pero en cuanto necesitan algo más, intentamos estar ahí. Por ejemplo, hemos ayudado a muchas personas con el manejo de las tablets, la adaptación del seguimiento o dar recursos de empleo para personas con situaciones muy precarias.
Aparte, la dotación de vehículos y su capacidad de almacenamiento ha sido muy importante, porque hay muchos municipios que no tienen supermercados. Allí no llegaba nadie y nosotros sí llegábamos, y esto ha permitido que muchas personas pudieran permanecer en casa y estuvieran menos expuestas al virus.
A nivel personal, ¿qué retos te planteas de cara al corto y medio plazo?
Creo que mi reto es aprender. Lo importante en mi opinión no es tanto el momento como hacia dónde voy, y creo que en nuestra asamblea más allá de objetivos, nos planteamos estar satisfechos a nivel personal. Nuestro trabajo es importante a nivel de equipo y a nivel de relaciones con todas las instituciones y red que hay en la sierra. Eso para mí es un trabajo bien hecho a corto y medio plazo, decir: pasemos a la siguiente fase, a conseguir que realmente todo lo que se ha iniciado se concluya y que todos los actores participemos.
Esta es una asamblea en la que las relaciones entre compañeros no son igual que en otras, por la distancia y por el desconocimiento, fundamentalmente. Pero son muy trabajadores y tienen esa ilusión que me hace pensar que estamos consiguiendo retomar nuestro hueco como institución referente en la sierra, que Cruz Roja lo ha tenido, pero queremos llegar a más personas y retomar esa función para la población.
¿Qué significa para ti pertenecer a Cruz Roja?
Para mí significa creer en la respuesta que puede dar Cruz Roja, porque creo en las personas y que la respuesta está pensada por y para las personas, es muy elaborada y tiene detrás un trabajo internacional de muchos años. Queremos ayudar a la persona durante todo el proceso de superación de su vulnerabilidad. Desde el principio me he sentido muy identificada con esto, y parte de la organización, incluso antes de ser voluntaria, porque era socia.
Lo que nos diferencia de otras entidades sociales para mí es la capacidad, no solo a nivel material, sino la diversidad de respuestas a los problemas a los que se enfrentan a diario miles de personas. Y, por supuesto, el voluntariado y el magnetismo que tiene.
¡Muchas gracias Paloma, y mucha suerte!