La persona de la que hoy os hablamos de la asamblea de Pinto-Valdemoro proviene de una familia de trabajadores residente en la zona sur de Madrid. Una familia humilde, pero “muy muy rica en sentimiento, emociones y cariño”. A José Carrero, nuestro protagonista de hoy, le sucedió lo mismo que a muchos adolescentes, nunca le gustó estudiar y, tan pronto pudo, se puso a trabajar.
El curriculum de José es de lo más variado. Trabajó con su padre en la construcción, de dependiente, camarero y relaciones públicas, ha trabajado en el área de la logística e incluso en el sector audiovisual. “Hice mis pinitos en el mundo audiovisual detrás de las cámaras haciendo grabaciones y llevando el sonido, e incluso alguna cosita delante de ellas… Nada importante” (nos dice entre risas).
Durante 15 años estuvo trabajando en un almacén y terminó por convertirse en un trabajo rutinario que le daba para vivir y, donde poco a poco fue perdiendo sus ilusiones y aspiraciones.
“No era mi “trabajo soñado», me daba de comer y me permitía hacer mi vida. Me acomodé. Lo alternaba trabajando por la noche en pubs como camarero y/o relaciones públicas para sacarme un extra. Pensaba que iba a durar para siempre allí. Alguien tiene que hacer este trabajo-me decía- y perdí las ganas de mejorar, cambiar de situación…
Vivía resignado y pensaba que no valía para nada más.”
Esa situación cambió, inesperadamente, cuando la empresa cerró. La suerte, el destino, el azar, o lo que fuera, estaba tocando a la puerta de Jose para brindarle una nueva oportunidad y poder volver a empezar. “Desde el momento que lo supe cambié mi forma de pensar. «YO NO QUIERO ÉSTO», me dije. Así que, gracias al empujón y el apoyo de su novia, y su familia, decidió reinventarse y empezar a estudiar. “Me apunté a la prueba de acceso a grado superior para mayores de 25 años. Fue un año terrible. No sabía estudiar, no sabía qué grado hacer después del examen, no confiaba en aprobar… Encima llegó la pandemia…Un buen amigo, al que hoy por hoy le debo más de lo que le podré dar, me enseñó Cruz Roja, me dijo que me hiciera voluntario, que lo intentase, ¡que me pegaba! Y así hice…”.
Con orgullo, ilusión, y emoción, nos cuenta cómo fue su primer día realizando labores de voluntariado en Cruz Roja. En un momento en el que la sociedad no sabía a dónde mirar, sin saber lo que iba a pasar, Jose se decidió por la Ayuda Humanitaria. “Mi primera visión de Cruz Roja, mi primer contacto con el voluntariado. El primer día lo recuerdo emocionado. El equipo técnico con Oli y Ferrán a la cabeza, compuesto por las mejores personas y de mayor calidad humana que puedas imaginar, mi referente de voluntariado Concha a la que quiero y admiro, mi actual referente Geni, que tiene un corazón enorme, mi compañero de logística Antonio, al que perdimos por Covid y echamos tanto de menos…“.
Posteriormente, Jose se animó a participar en otros proyectos y seguir expandiendo sus conocimientos y aptitudes personales.
“Después de eso participé en más proyectos y recursos, como el de Atocha durante la pandemia, con Laura, la que ha sido mi coordinadora y la mejor aliada con su ayuda, esfuerzo y confianza en mí. Así que estaba decidido, tenía que estudiar TIS y en esta casa.
Y ahí empezó todo.”
Jose nos cuenta que tuvo la suerte de ser contratado como trabajador en Cruz Roja, pasando por las URS, el albergue de Torrejón y como conductor en el centro de día de infanta Mercedes. “Me encanta lo social”, comenta con ilusión.
“Estudiar en el centro, en la modalidad DUAL, no ha sido un camino de rosas. Me ha costado aprobar la teoría (demasiado cabezón). Si no fuera por la familia que hemos formado los compañeros, un grupazo de amigos y amigas con los que he estudiado, reído y penado, hubiera sido casi imposible sacar exámenes y trabajos inimaginables para mí conocimiento. ¡También tengo buenos profesores, que conste!”
Durante sus prácticas en nuestra asamblea de Pinto-Valdemoro Jose ha ido demostrando la pasión en su trabajo: «Estoy disfrutando mucho. Cada día aprendo cosas nuevas. Mis compañeros me tratan como eso, un compañero más, no soy el tío de TIS DUAL (jaja). Me han hecho una acogida estupenda desde el primer segundo que espero merecer algún día, por lo menos devolviendo el tiempo que ellos me dan y de tanta calidad. Me gusta ir cada día y pensar: ¿Qué aprenderé hoy? Tengo mucha suerte. Me rodeo de gente increíble. He conocido a personas generosas que me han enseñado mucho y a cambio de nada. Me apoyan y respetan, confían en mí y me alientan. ¡Tengo tanto que agradecerles, que no sé ni cómo empezar! He encontrado mi vocación y estoy disfrutando del camino. Si hace 3-4 años me dicen que esta iba a ser mi vida no me lo hubiera creído.”
Jose es consciente de que todavía le queda trabajo por hacer, pero seguirá luchando por la vocación que ha descubierto dentro de Cruz Roja: “Como me siento ahora mismo escribiendo estas líneas no lo cambio por nada.”
Cuando le preguntamos ¿cuáles son las huellas que consideras que has dejado en tu paso por la asamblea Cruz Roja Pinto-Valdemoro? Nos responde:
“Creo que he seguido la línea de trabajo que ya tenían. He sentido que, además de formarme, he tenido un papel importante en muchos de los proyectos ya que el trato ha sido como el de un compañero más. Espero que se acuerden de mi por las ganas que le puse y porque nunca dije que NO a nada. ¡Vine a por todas!”
Cuéntanos, ¿qué te llevas de este tiempo de prácticas en nuestra sede?
“Trabajar con personas y para personas es complicado. Identificar necesidades e intentar dar una buena atención te genera dudas. «¿Lo habré hecho bien?, ¿he entendido y apoyado todo lo que debía? …». Por suerte, siempre que he tenido dudas las he podido contrastar preguntando muuuuuucho. ¿Qué si me llevo algo? me lo llevo todo. Haberme conocido más, aprender a organizarme, vivir experiencias fascinantes (algunas inverosímiles), trabajar con un grupo de personas impresionante y llegar a casa contento con lo que hago.”
¿Destacarías algún momento entre todos los vividos durante estos meses en nuestra sede?
“Pues recuerdo el primer día, por ejemplo, viendo presupuestos… no entendía nada jajaja. También recuerdo la primera acogida por el nivel de inseguridad que tenía y por la ayuda que me prestaron los compañeros. Las preparaciones para los talleres desde 0, empezar a preparar la actividad en Instituciones Penitenciarias, visitar a los mayores en sus casas, la charla en un cole de Pinto… Son muchos muchísimos momentos. Ahora, como divertido no tengo dudas, el mejor fue en Valdemoro, una situación «compleja» y una escobilla de váter, pero ya si eso que os lo cuente Juan Fran… jajaja”.
Tendremos que entrevistar a Juan Fran para que nos cuente más sobre esta anécdota J. Para finalizar, nos gustaría que compartieras una frase o 3 palabras que le quieras dedicar a nuestra asamblea comarcal y el equipo técnico con quienes has trabajado durante estos meses. Gracias por todo:
“Pocas palabras me parecen. Me vienen éstas casi sin pensar:
DIGNIDAD, FUERZA, PASIÓN.
Y otras tres para despedirme: ¡Hasta otra AMIGOS!”
Enhorabuena Jose por ese cambio en tu vida que te ha sido tan provechoso… y a Cruz Roja también.
Ha sido un placer conocerte, espero sigamos coincidiendo de vez en cuando.
Un abrazo.