En el área de autoempleo de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, dentro del proyecto IMPULS@ se dedican a trabajar con personas que tienen alguna inquietud emprendedora y a tratar de despertarla en aquellas que tienes oportunidades para comenzar un camino hacia el autoempleo.
«Hay personas que vienen con una idea muy clara de lo que quieren hacer y que quieren trabajar por su cuenta, pero les faltan conocimientos o habilidades para poder hacerlo con garantías. Es normal, hay mucha y a la vez poca información y sobre todo incertidumbre sobre cómo empezar a andar», nos comenta Marta Brenta, técnica del proyecto.
«Nuestro trabajo es acompañar a esas personas en cada paso que den, asesorándolas, orientándolas, formándolas, ayudándolas a plantear un plan de negocio viable para que cuando den el salto sea con las mayores garantías de éxito posible», también nos comenta Idir Boundaoui, técnico del proyecto.
Otra de los retos que afrontan diariamente tanto Idir como Marta es el de informar y motivar hacia el autoempleo a personas que o bien no han pensado en ello o bien lo han pensado pero no tienen una idea clara de lo que quieren hacer o qué supondría intentarlo. Y aquí es donde entran nuestras cuatro protagonistas Denny Carolina Hernández, emprendedora del negocio ‘Charcutería Denny’ en uno de los mercados de Móstoles, Ingrid Rivera, con su negocio Masquemobile en plena calle Guzmán el Bueno 42, Fatou Binetou, con su negocio de hostelería africana Lingueer, y Gibrianna Contreras, con su negocio de sorpresas y detalles Madrid.
4 historias de vida en las que Cruz Roja ha podido poner su granito de arena para motivar, atender, acompañar y ayudar a estas valientes, intrépidas y enérgicas emprendedoras, a pesar de todas las dificultades sociales y culturales que se han ido encontrando por el camino.
La historia de Denny Carolina Hernández
Denny lo dejo todo en su tierra y se vino con su hija desde Venezuela para poder darle una vida mejor. Conocedora del negocio de la charcutería, ha hecho todo lo posible por abrir un negocio parecido al que tenía en su tierra. Sin apenas recursos, contó con la ayuda de Cruz Roja no sólo para poder emprender sino para poder salir adelante.
La historia de Ingrid Rivera
Ingrid no atravesaba la mejor situación económica y de uno de sus hobbies como es la reparación de móviles, tuvo la idea de convertirlo en negocio. Desde su trabajadora social en Cruz Roja le pusieron en contacto con el área de autoempleo, quienes les han guiado a montar su sueño hecho realidad: una tienda de reparación de móviles.
Las historias de Fatou Binetou y de Gibrianna Contreras
Os dejamos con la entrevista que le hemos podido hacer a ambas en la sede de Doctor Santero para que nos pudieran contar su situación así como la ayuda que han recibido de nuestra entidad.
¿Quiénes sois, y cómo comenzasteis con el reto del emprendimiento?
G. Yo soy de Venezuela y llevo dos años y medio viviendo en España, llegué por un problema de salud que tengo en los ojos para poder operarme aquí. Soy licenciada en Enfermería. Cuando llegué a España, lo primero que hice fue encargarme del problema de salud y de obtener el permiso de trabajo. A raíz de la operación, caí en una depresión por no poder trabajar.
Me acerqué a Cruz Roja para pedir ayuda de empleo y cursos y desde el principio me atendieron muy bien. Me dieron las indicaciones de lo que tenía que hacer y encontré a Idir, de autoempleo. Él me dio la información del programa, de cómo me podían ayudar y empezamos a hacer el plan estratégico del proyecto. Yo ya sabía que quería emprender, y eso fue lo que les dije. Preparamos todo y terminaron dándome el microcrédito para empezar el negocio e impulsarlo, hasta que se hizo realidad en julio de este año. Después de la ayuda que me han prestado, siento que no me han dejado sola.
F. Yo soy Fatou, soy de Senegal y llevo 12 años en España. Vine a España porque mi marido estaba aquí y llevaba tres años sin verlo. Comencé estudiando el idioma y limpiando casas. Me formé con cursos en Cruz Roja, como el de formación de informática y luego búsqueda de empleo, pero siempre he tenido en mente montar algo relacionado con la cocina, que es mi verdadera vocación. Durante 2018, empecé las formaciones para preparar el plan de negocios y poder ser emprendedora. Pero durante el verano de ese año tuve que hacer frente al divorcio con mi marido, por lo que tuve que sacar adelante a mis hijos y aplazar el proyecto. Sin embargo, a raíz de una reunión que tuvimos, me di cuenta de lo interesante que sería difundir la cultura senegalesa a través de la cocina. Me encantó la idea. Ahora hago caterings para empresas, eventos, embajadas o particulares.
Soy madre soltera, sola y con tres niños y he vivido una situación muy difícil con la llegada de la Covid-19. Justo antes de la covid tenía tanta esperanza, la gente empezaba a conocerme y todo iba muy bien. Ahora poco a poco vamos retomando, esperamos salir adelante. De momento estamos buscando un local para poder atender a clientes directos.
¿Cómo empezasteis a tener contacto con Cruz Roja?
G. Yo al inicio empecé con un programa de ayuda para el empleo para ver si podría empezar en un trabajo más rápido. Empezamos a desarrollar el CV, a hacer cursos, a capacitarnos… uno de esos cursos fue el de autoempleo y fue donde yo me interesé en emprender. Yo ya tenía conocimiento pero me daba miedo empezarlo aquí y sin capital. Me animé muchísimo con lo que Idir nos dijo en el curso, así que le dije lo que quería hacer, lo que pensaba. Hicimos un plan de negocio y ahí fuimos arreglando. Lo pasamos a un banco para que me pudieran conceder un microcrédito y ahí Cruz Roja me ayudó muchísimo. Me lo aceptaron y ahí fue cuando empecé a crear todo lo que había soñado. No es fácil, porque empecé en una tienda en verano cuando en Madrid no había nadie. Fue un caos mental, había muchos gastos y me estaba agobiando. Le comenté a Idir que si podía hacerlo desde casa, e invertir en publicidad y pagina web y Facebook, y así lo hice.
F. Para mí es muy difícil tener un local porque tiene que tener muchas características el local para que se pueda cocinar. En estos momentos estoy en colaboración con una escuela de cocina, donde se hacen los bonus semanales. Hemos empezado desde octubre, y también hacemos talleres de cocina allí.
Yo sé cocinar y cómo se hace, pero el mundo de los negocios es desconocido para mi. Idir te tranquiliza, y te da los pasos que hay que hacer. Lo que ahora mas necesito es ver si tenemos económicamente dinero para montar un local. El mundo de la gastronomía no es tan fácil como los demás, hay que tener ciertos requisitos y normas que respetar, pero mientras busco local, con la escuela hago mis catering.
¿Qué os gustaría conseguir de aquí a un futuro?
G. Me gustaría otra vez tener la tienda, pero cuando yo sepa que mi cartera de clientes ha aumentado y soy más conocida. Si lo hago tengo que hacerlo con calma y a largo plazo.
F. Me encantaría tener mi propio restaurante, ser chef, organizar bodas y caterings para empresas. Ese es mi sueño
¿Cómo os habéis sentido con el apoyo de Cruz Roja?
G. Todo lo que he logrado ha sido gracias a Cruz Roja gracias a sus capacitaciones, ayudas e incentivos. Es genial no sentirte sola en un momento tan difícil como es emprender un negocio. Hay momentos en los que te ayudan y no hace falta ni que les escribas, te llaman directamente y piensan en ti. Están muy pendientes de eso.
F. Sin el apoyo de Cruz Roja yo me habría derrumbado. Hay momento en el que estas perdida, en el que no sabes dónde poner los pies, que no ves resultados. Pero con el apoyo de cruz roja me voy siempre con ganas y con más confianza y tienen un 10. Sin este apoyo no significa que no siguiera adelante, pero me habría costado mucho más. Necesitamos tener a alguien que pueda prestarse su hombro para apoyarte. Te da más fuerza.
