La inclusión de las personas mayores en la sociedad es a la vez un deber y un derecho que pasa, en gran medida, por mantener el mayor tiempo posible la autonomía de estas personas, siempre en función de las circunstancias individuales de cada uno.
Para poder lograr este objetivo es necesario, primero, delimitar que nuestra acción irá dirigida a mejorar la capacidad de las personas mayores que encuentran dificultades para llevar a cabo hábitos saludables adecuados, para seguir de una manera correcta sus pautas médicas o personas cuya situación en su vivienda afectando afecta negativamente a su salud.