En Cruz Roja en la Comunidad de Madrid somos muy conscientes de la situación de las personas que tienen que abandonar su país de origen por sufrir persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual y embarcarse en un viaje con un destino incierto. Llegar a un país  extraño, sin apenas recursos, sin conocer a nadie y, a veces, sin conocer ni el propio idioma. Miles de personas viven esta odisea cada año.

En 2001, con motivo del 50 aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 20 de junio como el Día Mundial de las Personas Refugiadas.

Desde entonces, todos los 20 de junio la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), organizaciones no gubernamentales e instituciones públicas y privadas tienen presente la realidad de los más de 70,8 millones de personas que por distintos motivos se han visto obligadas a huir de sus hogares y viven desplazadas en el mundo. Los conflictos, la violencia generalizada, las violaciones de derechos humanos o las catástrofes naturales son las causas principales de los movimientos de población.

Cruz Roja trabaja con las personas solicitantes de asilo y refugiadas desde hace más de 30 años, desarrollando una amplia respuesta humanitaria para apoyarlas en los procesos de acogida e integración.

Recursos como los dispositivos de primera acogida como el Hotel Welcome, Scout, San Fermín, Torrelodones, Cercedilla 1, Cercedilla 2 y Los Molinos son puntos para que dichos viajeros y viajeras puedan parar y ser atendidos en su viaje.  O si necesitan un recurso de mayor estancia, Cruz Roja en la Comunidad de Madrid pone a disposición de estas personas una serie de recursos temporales  y pisos de estancia un poco más prolongada donde se trabajan otros ámbitos como la mediación, trabajo social, atención jurídica, atención psicológica, orientación para el empleo y aprendizaje del idioma.

Por eso nos sumamos a la conmemoración de este Día para reconocer la contribución de los refugiados a la sociedad y tender puentes entre quienes huyen y quienes les acogen, para visibilizar y sensibilizar respecto a una realidad que está muy presente en los últimos años en la sociedad madrileña.

Y para ello, hemos querido hablar con sus protagonistas, Jaqueline y Lylliam, dos personas de origen migrante que nos han contado sus desgarradoras historias de vida y que las convierte en unas luchadoras natas por conseguir lo que es suyo, la libertad y la estabilidad.

Además, también hemos video entrevistado a las compañeras y compañero del recurso de Los Molinos para que nos hablen de la intervención con personas refugiadas.

Os dejamos con todas las entrevistas para poder entender un poquito mejor la situación de estas personas y la labor que se hace de Cruz Roja.

 

Jaqueline y Lylliam: la vida de dos personas Refugiadas

Nadie mejor que una persona refugiada puede contar lo que se siente al tener que abandonar la vida que tiene en su país. Por eso, hemos hablado con Jaqueline y a Lylliam, dos personas refugiadas que provienen de Colombia y Nicaragua, respectivamente. Las dos son usuarias del programa de Refugiados y han pasado el periodo de confinamiento en el Hostal San Fermín, gestionado por Cruz Roja.

Jaqueline y Lylliam en el jardín del Hostal San Fermín.

A continuación, nos relatan los motivos por los que dejaron su país, cómo fue su llegada a España, cómo les ha ayudado Cruz Roja en estos primeros meses y .

Parte 1. Problemas en su país y llegada a España 

Jaqueline y Lylliam, junto con sus familias, han pasado por experiencias personales muy duras en su país, motivo por el cual tuvieron que buscar un exilio. Ambas eligieron España como país donde reconstruir sus vidas. Sus primeros días en nuestro país no fueron fáciles y tuvieron que superar diversas dificultades:

Parte 2. La llegada al Hostal y la ayuda de Cruz Roja

Ante las medidas de confinamiento y la declaración de la emergencia sanitaria, solicitaron ayuda a Cruz Roja. El marido de Jaqueline pasó el COVID-19 en el hospital y atravesaron semanas muy complicadas hasta que llegaron al albergue. Lylliam se vio abocada a solicitar ayuda después de no encontrar un lugar en el que quedarse. «Las personas nos cerraban puertas, Cruz Roja nos las abrió» asegura:

Parte 3. El significado de ser una persona refugiada

Ser una persona refugiada no es nada sencillo o agradable, y es imposible no sentir dudas y miedos en muchos momentos. «Poder compartir una cena con la familia en paz, no tiene precio, y eso es algo que había perdido» cuenta Lylliam. La llegada a España ha sido para ellas una salida y una oportunidad, y aunque al recordar no pueden evitar emocionarse, «Me siento igual que los demás» cuenta Jaqueline.

Parte 4. Los derechos de las personas refugiadas y el futuro

Jaqueline y Lylliam reivindican que la sociedad no vea a las personas con recelo o afán discriminatorio, sino como personas vulnerables que han pasado por muchos traumas y vicisitudes y que quieren ser aceptadas. También nos hablan sobre los deseos que tienen para su futuro: «Quisiera que nos den una oportunidad de demostrar que sí podemos aportar algo, que somos personas llenas de esperanza y valor», concluye Lylliam:

Agradecemos de todo corazón la honestidad y valentía de Jaqueline y Lylliam para hacer esta entrevista, para recordar los duros momentos que han pasado y, sobre todo, para tener esa energía y fuerza positiva para seguir hacia delante. Estamos seguros de que sus palabras ayudarán a ganar conciencia de las injusticias y problemas a los que se tienen que enfrentar las personas refugiadas.

 

La labor del Programa de Refugiados de Cruz Roja en Madrid

Las líneas del trabajo de la organización en materia de migraciones abarca: la respuesta humanitaria, la protección, el apoyo y la integración y la defensa de las personas inmigrantes, refugiadas y desplazadas. Esta ayuda se orienta hacia las personas y colectivos en situación de mayor vulnerabilidad.

Para conocer con mayor profundidad la misión y la labor que realiza el Programa de Refugiados de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, hemos hablado con tres personas técnicas y un voluntario: Irene Duran, Trabajadora Social en Los Molinos, María Serna, Mediadora Social en Los Molinos, María Jesús Sánchez, Psicóloga en Cercedilla I y Los Molinos y Juan Cabrera, Voluntario en Los Molinos.

Compañeras del equipo de tarde del recurso de Los Molinos

Parte 1. ¿En qué consiste vuestra intervención?

Las compañeras y el compañero nos cuentan cómo es el trabajo que realizan y cómo aportan sus conocimientos y sus profesiones para ayudar a las personas refugiadas de estos centros:

Parte 2. La llegada y adaptación al COVID-19

Con la llegada del COVID-19 las personas refugiadas han tenido que adaptarse a una situación sobrevenida que ha limitado sus procesos de integración y autonomía, a menudo sin redes familiares ni más apoyos que los propios equipos de Cruz Roja. El equipo tuvo que contener y mantener la calma, para evitar que el miedo se expandiera. «Lo positivo es que se ha generado un sentimiento de familia, de más unión. Tanto entre ellos como entre el equipo» explica Irene.

Parte 3. El punto fuerte de la atención a las personas refugiadas

María Jesús destaca como fundamental «La actitud y la profesionalidad, lo que transmites, ser visible y estar disponible». Juan alaba el trabajo de las compañeras y compañeros: «siempre están a disposición, una buena palabra, una sonrisa»:

Parte 4. La integración de las personas refugiadas en España

En esta última pregunta, nos cuentan qué creen que son los cambios clave que tendrían que producirse en la sociedad o en la mente colectiva para que una persona refugiada se sienta plenamente integrada. «Hay que dejar de estigmatizar, porque al final son personas que tratan de hacer una vida mejor aquí» piensa María. Para María Jesús, «es muy distinto ver la realidad a través de la televisión que estar en contacto directo con ella»:

Muchas gracias a las compañeras y al compañero por participar en la entrevista y por darnos su punto de vista. Y sobre todo, gracias por vuestra brillante y bonita labor.

 

La intervención con Refugiados en la Comunidad de Madrid

La intervención de Cruz Roja Española con personas solicitantes de protección internacional, tiene como objetivo garantizar su protección e integración social en España. El programa consta de varias fases que cubren desde la primera acogida hasta la fase de preparación para la autonomía, con una duración de 18 a 24 meses.

En el año 2019, Cruz Roja ha atendido en la Comunidad de Madrid a 7.118 personas y realizado 79.226 intervenciones con la participación de 289 personas voluntarias. 

Durante ese tiempo, se presta una atención integral e individualizada que incluye, entre otros, los siguientes servicios: primera acogida, acogida temporal, asistencia legal y psicológica, aprendizaje del idioma y traducción e interpretación.

Fase 1: Primera Acogida

Las plazas de Primera Acogida se refieren a plazas de acceso al sistema, sirven para dar cobertura a las necesidades básicas que tienen las personas que acaban de solicitar protección internacional o han manifestado su voluntad de hacerlo. Son plazas temporales, de media son estancias de un mes, pero con el COVID-19, las personas llevan más de tres meses a la espera de una plaza en la fase a Acogida Temporal.

Cruz Roja en la Comunidad de Madrid dispone de 674 plazas de Primera Acogida repartidas en 7 dispositivos (hostales):

Fase 2: Acogida Temporal

Es la fase siguiente a Primera Acogida, en la que las personas están hasta 6 meses alojadas en pisos y centros con personal de Cruz Roja Española. Se les acompaña desde todas al áreas de intervención: mediación, trabajo social, atención jurídica, atención psicológica, orientación para el empleo y aprendizaje del idioma.

En Acogida temporal tenemos 182 plazas en la Comunidad de Madrid:

  • Buitrago 23
  • Pozuelo 6
  • Villalba 64
  • Fuenlabrada 18
  • Brunete 8
  • Galapagar 16
  • Madrid ciudad 47

Fase 3: Autonomía

Durante la fase de autonomía, los solicitantes ya residen en sus propios pisos (ayudas económicas) se ha atendido en la Comunidad de Madrid a una media de 245 familias de forma multidisciplinar (trabajo social, atención jurídica, atención psicológica, orientación para el empleo y aprendizaje del idioma).

Además, ofrecemos servicios de primera acogida a solicitantes de protección internacional en frontera, tanto en los aeropuertos de Adolfo Suarez Madrid Barajas como en El Prat de Barcelona, así como atención psicosocial en el puesto fronterizo de Beni Enzar.

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