En Cruz Roja existe un gran compromiso por el desarrollo de las personas más jóvenes, a través de las diferentes oportunidades que se van brindando desde las diferentes áreas. Desde dentro de una de ellas os traemos una gran historia de una persona, María Barbero Duro, técnica de gestión en el Área de Mujer e Infancia, que ha ido viviendo diferentes etapas dentro de la entidad, desde bien joven.

María es alegría y naturalidad pura, una persona comprometida y con un gran sentido de la responsabilidad. María representa perfectamente la apuesta de futuro de nuestra entidad y los valores que representa para seguir ayudando a las personas y familias más vulnerables.

La historia de María dentro de Cruz Roja comenzó cuando apenas era una adolescente, integrándose dentro de la entidad en CRJ y comenzando a realizar su primer voluntariado. Hemos querido hablar con ella para que nos contara todo lo que fue ocurriendo con el paso de los años dentro de Cruz Roja, y como la entidad siempre ha estado a su lado ayudándole a seguir evolucionando hacia su vocación.

«Cruz Roja Juventud es como una especie de ‘escuela’ para todo el mundo de Cruz Roja, es donde aprendí muchas cosas.»

¿Cuánto tiempo llevas en Cruz Roja? ¿Cuál ha sido tu trayectoria hasta el día de hoy?

Yo entré a Cruz Roja con 15 años para hacer voluntariado, sería sobre el 2009. Cuando llegué a la Asamblea del Corredor del Henares Sur me dijeron que si quería formar parte de un nuevo proyecto, este era NEO, que más tarde evolucionó a PINEO.

Ha sido todo muy guay porque yo he vivido la parte de participante, el pasar de ser voluntaria/monitora y más tarde personal laboral de Cruz Roja Juventud. Cuando entré, al ser tan joven, crecí con los principios de la Cruz Roja, ya que te enseñan y aprendes, además de que todas las cosas que haces son diferentes. Mientras que algunos hacían botellón con mi edad, yo me encargaba de hacer intervenciones en los grupos que hacían botellón. Todo esto me hizo madurar mucho.

«Mientras que algunos hacían botellón con mi edad, yo me encargaba de hacer intervenciones en los grupos que hacían botellón. Todo esto me hizo madurar mucho.»

Mi etapa de voluntariado la realicé en la Asamblea del Corredor Sur, estuve en muchos proyectos de CRJ y más tarde vi la posibilidad de trabajar en Cruz Roja, por lo que comencé a enviar currículos, incluso durante una época en la que viví en el extranjero. Al tiempo me llamaron para hacer una suplencia en la Asamblea Local de Madrid, en el área de Cruz Roja Juventud, y fue entonces cuando me di cuenta de que era mi sitio. Era algo complicado el quedarse dentro de Cruz Roja, sobre todo llevando solamente unos 3 meses haciendo una suplencia.

Fue cuando Sandra Sánchez-Rubio confió mucho en mí, le dije que mi sueño era trabajar dentro de Cruz Roja y ella me dio esa posibilidad. Pasé a la plaza de la Asamblea Local de Madrid en la Zona Norte, donde también estuve en Cruz Roja Juventud durante dos años, los cuales fueron impresionantes, sobre todo porque Cruz Roja Juventud es como una especie de ‘escuela’ para todo el mundo de Cruz Roja, es donde aprendí muchas cosas.

«Sé que las cosas están difíciles, y que a veces hay que empezar desde cero, pero vale la pena»

 

Llegó un momento en el que, tras dos años en Cruz Roja Juventud, decidí dar un paso más allá, ya que al haber estudiado pedagogía quería poder dedicarme también a mi profesión. Entonces empecé a echar currículos en otras áreas de Cruz Roja, dando la casualidad de que había una convocatoria interna para el área de Mujer e Infancia, donde finalmente me cogieron, dándome otra visión de la entidad.

 

¿Qué labor realizas ahora dentro del área de Mujer e Infancia? ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Doy apoyo a las asambleas locales, elaboro o reviso los proyectos y hago un seguimiento de los resultados de las asambleas locales, y ver un poco la estrategia para marcar una línea con la que conseguir los objetivos. Creo que lo que más me gusta es haber aprendido muchas cosas que nunca pensé que tocaría. El ver de cerca los programas me parece muy interesante, algo que nunca había visto antes.

 

Desde la María adolescente a la actual, ¿qué ha cambiado en ella?

He aprendido sobre el hecho de tener un trabajo estable con la edad que tengo, algo que he conseguido gracias a tener una constancia. El adaptarme a las diferentes situaciones que se van presentando, siempre cogiendo al toro por los cuernos. Si eres buen trabajador en Cruz Roja hay buenas oportunidades laborales, pero tienes que sentir que te gusta tu trabajo. Al final dentro de Cruz Roja siempre me he sentido muy respaldada y tengo mucho que agradecerle por todo lo que he aprendido dentro de la entidad.

 

¿Consideras que Cruz Roja ofrece oportunidades a la gente joven para poder crecer profesionalmente y pertenecer a la entidad?

Totalmente, ya que además de salir convocatorias internas, también hay convocatorias externas de empleo y lo que creo que deben de hacer las personas jóvenes es aprovechar esas oportunidades. Sé que las cosas están difíciles, y que a veces hay que empezar desde cero, pero vale la pena. Luego, la posibilidad de que dentro de Cruz Roja se puede cambiar de puesto y no quedarse estático en uno y que te puedas aburrir, también es bueno. Creo que hay mucho futuro para la gente joven dentro de la entidad, pero tienes que querer.

María Barbero, técnica de gestión en el área de Mujer e Infancia

¿Qué significa para ti pertenecer a Cruz Roja?

Es como una familia, es lo que he vivido desde que tengo 15 años. Es la realidad, yo he crecido aquí por eso lo siento parte de mí. Hay de todo, como en todos lados, pero a mí me ha enseñado muchísimo y estoy muy agradecida y contenta de estar aquí.

 

¿Qué te gustó de Cruz Roja para unirte a la entidad como voluntaria? ¿Qué crees que tiene o se debe de mejorar para atraer a más gente joven?

Para mi, principalmente, creo que se debe de aumentar el boca a boca, además de sentirte a gusto en un sitio. En mi caso pues fue porque una de mis tías me dijo que había mucha gente que se ponía un chalequito y se iba a los hospitales a hacer reír a la gente y ‘tú estas aquí sin hacer nada’. Al día siguiente mi primo y yo fuimos a preguntar, y así empezó todo. Al final el ver a otras personas que quieren hacer lo mismo que tú, el ayudar y dar todo de ti sin recibir nada, es lo que te hace sentirte a gusto y el continuar aquí.

«Dentro de Cruz Roja siempre me he sentido muy respaldada y tengo mucho que agradecerle por todo lo que he aprendido dentro de la entidad»

¿Qué se puede encontrar la gente joven que decide entrar a Cruz Roja?

Lo que te vas a llevar es aprendizaje, vas a aprender cosas que no sabías. Además, vas a conocer a gente que te va a aportar cosas que no conocías, eso es lo que yo me encontré.

 

¿Te sientes segura y tranquila estando en Cruz Roja ahora mismo?

¡Sí! Es cierto que nunca sabes lo que te va a pasar, pero a priori sí que me siento segura dentro de Cruz Roja, y por mí aquí estaré hasta que Cruz Roja quiera.

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