Durante el 2022 hemos vivido situaciones extraordinarias, entre ellas, una de las mayores crisis humanitarias que ha vivido Europa: la crisis derivada del conflicto de Ucrania. Desde Cruz Roja Española hemos atendiendo a 120.000 personas hasta la fecha, con la inestimable labor de 8.421 personas voluntarias. Yuliya es una de ellas.

Yuliya Nizhnikovska, de origen ucraniano, llegó a España hace 10 años y solo lleva uno en Madrid. No conocía Cruz Roja ni ninguna otra entidad hasta que un día, hace ya 10 meses, tomo la decisión de ser voluntaria tras el estallido de la guerra en su país. 

Yuliya no dudo en ningún momento de que su misión desde España era ayudar siendo voluntaria y Cruz Roja fue su primera opción. Desde entonces, como ella misma afirma, forma parte de «una gran familia«. En esta entrevista nos cuenta cómo ha vivido estos 10 meses como voluntaria, cuánto peso tiene en su vida el voluntariado y qué le hace sentir toda la ayuda que nuestra entidad está ofreciendo para ayudar a las personas ucranianas.

¿Quién es Yuliya?

Soy Yuliya Nizhnikovska, soy ucraniana y llevo en España 10 años, aunque solo uno en Madrid. Vinimos a España por la educación de los niños, a Alicante. Allí estudiaban valenciano y decidimos venir a Madrid para que entrasen en un colegio bilingüe, con castellano e inglés. Pienso que si quieres estudiar fuera es mejor saber español, inglés y algo más.

 

 

¿Y cómo comenzaste como voluntaria? ¿Cómo conociste Cruz Roja?

Cuando comenzó la guerra, yo quería hacer algo útil para ayudar a las personas de mi país. Intenté comunicarme con la Cruz Roja desde la página web pero no me contestaron, después llamé, pero me dijeron que tenía que esperar. Finalmente, fui a la Oficina, porque pensé que habría ido mucha gente después de la guerra y necesitarían ayuda, y yo quería ayudar de cualquier forma.

Antes de la guerra yo no conocía Cruz Roja. Cuando comenzó, me llamó mi marido para avisarme y para decirme que estaba de camino a cruzar la frontera. Dos días antes de que comenzase la guerra él tenía un viaje de trabajo, pero lo cancelaron y tuvo que esperar horas en el aeropuerto. Fue la primera señal de que algo pasaba. Todos mis familiares y amigos/as me decían que tenía que salir a la calle, frente a la embajada de Rusia, pero yo sabía que ese no era mi camino, yo quería hace algo útil para ayudar a la gente. Por eso decidí ayudar de esta manera, como voluntaria. Cuando por fin pude hablar con ellos, hablé con Virginia Delgado, y me dijo qué era lo que podía hacer. El primer dispositivo en el que estuve fue un polideportivo al lado de Atocha, de alojamiento solo para un día. Ese dispositivo cerró a finales de mayo y le pregunté a Virginia si me necesitaban en otro sitio. También estuve en el hotel de Las Mercedes, en este hotel, el Madrid Airport Suites, y en Atocha para ayudar a la gente a comprar billetes. También con reuniones en Centros Sociales para ayudar a las familias de acogida, para facilitar el proceso. En este hotel siempre hay gente con muchas preguntas, siempre se necesita hacer algo como ayudar con la escuela, con los cursillos, etc., y sin idioma es muy difícil.

 

«Para ser voluntario/a tienes que tener corazón, principalmente, y ganas de ayudar»

 

¿Por qué elegiste Cruz Roja y no otra entidad?

Cruz Roja es la más famosa, siempre está ayudando en diferentes países con diferentes conflictos. Imagino que habrá otras organizaciones, pero yo no las conocía.

 

Llevamos casi 10 meses de conflicto en Ucrania, en los que desde Cruz Roja Española hemos atendido a más de 119.811 personas. ¿Qué te hace sentir este dato?

Pienso que es un apoyo muy grande. Ellos/as tuvieron que dejar su vida entera, no solamente su casa, toda su vida. Mucha gente vino desde las ciudades más afectadas por la guerra como Jersón, Mariúpol… ellos/as han llegado a un país nuevo, algunos/as incluso han salido por primera vez de su país. Cruz Roja les ha ofrecido apoyo, alojamiento, escolarización, comida, ropa, material escolar… es mucho. Algunas familias que han venido no tenían buen salario en su país y cuando llegaron aquí y se alojaron en buenas habitaciones, algunas decidieron que vivir aquí era mucho mejor que volver a su país. En algunos casos hay aquí familias enteras y quieren encontrar ya trabajo en España.

 

Yuliya junto a Marta Romero, Coordinadora del Dispositivo de Primera Acogida

 

Insististe mucho hasta que conseguiste ser voluntaria en Cruz Roja, ¿qué te hace sentir que formas parte de esta ayuda?

Insistí tanto porque yo soy ucraniana, y esta situación duele mucho. No son mi familia, pero quería ayudarles y sabía que quería ayudar. Estoy muy contenta de formar parte de  Cruz Roja, esto es como una familia y nos ayudamos los/as unos/as a los/as otros/as. Algunos/as viven uno o seis meses aquí, en el hotel, y han empezado a estudiar el idioma, a conocer gente española… Es una experiencia muy grande para los/as niños/as también, algunos/as han empezado a tener amigos/as españoles y para ellos/as es un cambio completo en su vida. Ellos/as ven que la guerra sigue, pero pueden tener otra visión de la vida.

 

Después de 10 meses de conflicto, ¿qué te mueve para seguir siendo voluntaria?

Yo quiero seguir con  Cruz Roja, quiero ayudar a la gente que me necesite. Yo antes trabaja de forma telemática, pero en un momento se acabó el trabajo, y la vida normal. A mí me gusta compartir, dar una parte de mi alma. Nosotros/as decimos que “si damos una parte buena, vuelven diez más”.

 

«Cuando pienso que estoy en Cruz Roja no lo pienso como una organización, sino como una familia»

 

¿Qué peso tiene en tu vida el voluntariado?

Mucho, yo antes solo ayudaba a mi familia, a mis padres, a mis amigos… Y aquí hay gente que agradece mucho nuestra ayuda. Cuando vemos en sus ojos un brillo, vemos a gente tan buena, y eso hace que queramos ayudar más.

 

¿Y cómo lo vive tu familia, amigos, etc.?

Ellos/as están muy orgullosos de mí. Primero, me dijeron que tenía que ir a la calle, escribir algo que parase la guerra, pero yo pienso que eso no es tan buena ayuda. Yo creo que es mejor que nadie participe en la guerra, que nadie coja las armas.

Algunos/as de mis familiares y amigos/as siguen en Ucrania, otros/as han salido a diferentes países como Austria, Bélgica, Canadá… Algunos/as están en España también. Es muy difícil vivir en un país en guerra, sin electricidad, los/as niños/as están muy estresados/as allí.

 

 

¿Qué dirías que hay que tener para ser voluntario/a?

Corazón, principalmente, y ganas de ayudar. También tienes que ser una persona que pueda escuchar. A veces, vienen psicólogos/as porque hay gente que no puede hablar, porque cada vez que lo intentan se ponen a llorar. Tienes que tener paciencia con todas las personas y con su diferente carácter, porque cada uno/a ha tenido un camino diferente en su vida.

¿Cuánto de orgullosa te sientes de pertenecer a Cruz Roja?

Yo pienso que no estoy en ninguna organización, sino que estamos en una familia. Siempre están para apoyarnos, abrazarnos… he estado en diferentes dispositivos, y no he visto diferencia con la gente. Cuando comenzó la guerra, mi familia y yo llevábamos poco tiempo en Madrid y yo no conocía mucho la ciudad, solo la zona del centro. No conocía el transporte público y cuando empezamos a ir a largas distancias no sabía dónde estaban y todos/as me ayudaron. La gente en Cruz Roja es de oro, son muy amables. Yo antes trabajaba en una empresa presencial y había gente diferente, algunos buenos, algunos malos, y había muchos depredadores, en los negocios es así. Pero aquí no, aquí pensamos como una familia.

 

«Todos/as tenemos tiempo libre en nuestros trabajos y debemos hacer algo útil. La vida es muy rápida, debemos aprovecharla en hacer algo bueno»

 

El día 5 de diciembre es el Día Internacional de las Personas Voluntarias, ¿qué te hace sentir que formas parte de este movimiento?

Primero pienso que cuantos más acciones para visiblilzar, mejor. Todos/as tenemos necesidades, y creo que en cada persona también está la necesidad de ayudar. Vivimos en un mundo donde el tiempo pasa muy rápido y hay muchas personas que necesitan ayuda, como las personas mayores que no tienen familia y necesitan apoyo. Y no solo apoyo para bañarles o darles la comida, sino también para salir con ellos a pasear al parque. Todos/as tenemos nuestro tiempo libre en nuestros trabajos y debemos hacer algo útil, porque la vida es muy rápida, debemos aprovecharla en hacer algo bueno.

¡Si quieres unirte a la familia de personas voluntarias de Cruz Roja, puedes hacerlo a través del siguiente enlace: ¡HAZ VOLUNTARIADO!

 

1 COMENTARIO

  1. Info anecdota el de yuliya. Son experiencias vividas. Y de mucha reflexión. Existen países. Pueblos. E indistintamente las culturas e idiologias. Que necesitan del apoyo moral y social del voluntariado. Para mejorar situaciones. Me pasional el servir al pueblo. Es mi lema en mi carrera y por tal motivo me inspiró. Lo que la sra yuliya vivió en la inclusión a esta gran familia

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