Mandar un mensaje, acompañarlos en las difíciles tareas administrativas, o hacerles sentir que no están solos en el camino son algunas de las funciones que lleva a cabo el equipazo de personas voluntarias mentoras del proyecto Acompaña de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid y que actualmente se desarrolla en la sede de Pozas y Madrid Norte. A través del mismo, personas como Mario, acompañan a niños, niñas y adolescentes que llegan a España sin figuras referentes, así como a la juventud extutelada que haya estado vinculada al sistema de protección de la infancia y que se encuentran en riesgo de exclusión social.
Durante 2021 en el proyecto Acompaña se ha atendido a 312 jóvenes con 6800 intervenciones, datos que han sido posibles gracias al apoyo de 90 personas voluntarias -30 de ellas referentes mentores-.
Desde Acompaña se ofrecen respuestas integrales en todas las áreas de tránsito a la vida adulta, emancipación y desarrollo de la propia autonomía tales como (definición de un plan individualizado de intervención y seguimiento, cobertura de necesidades básicas, acompañamiento y gestión de trámites, formación y procesos educativos en competencias básicas para el empleo, competencias digitales, fortalecimiento en sus proceso migratorio, motivación al cambio y gestión de la vida cotidiana. También apoyo psicológico, jurídico y el cuidado de salud. Se realizan actividad de ocio inclusivo y tiempo libre así como acciones de sensibilización).
«El equipo de personas mentoras necesita seguir creciendo. Con cada persona vives una experiencia diferente siempre gratificante»
Personas como Mario hacen posible este proyecto, ya que son personas comprometidas que saben escuchar a cada uno de los chicos y chicas, constructoras de confianza y respecto, no esperan nada a cambio, garantizan la conexión con el entorno y les apoyan en todo lo que necesitan. Hoy hemos podido hablar con él para que nos cuente su experiencia como voluntario mentor, y nos ha reconocido que desde que empezó, hace ya un año, se ha dado cuenta «que es una tarea muy gratificante donde se consigue un beneficio muto: todos ganamos«.
«Como voluntario mentor, tus acciones tienen que tener una base educativa»
¿Cuál fue tu razón por la que quisiste hacerte voluntario mentor?
Lo tenía en mi cabeza desde siempre. Ayudar es de las cosas más importantes en la vida, no podemos vivir solamente para nosotros mismos. También quizá es que en mi vida me han ayudado mucho, y te das cuenta de que nos necesitamos todos. Es bueno para ellos y para nosotros mismos.
Cuéntanos alguna anécdota con esos chicos y chicas que acompañas
Cuando ves la manera en la que llegan, la situación en la que están, es bastante dramático. Después les conoces y te das cuenta que ellos tienen mucha ilusión, tienen ganas de tener una vida normal, de un trabajo…es muy gratificante. Pero cuando te cuenta cada uno cómo ha llegado aquí, se te cae el alma.
¿Cómo es vivir el proceso de transformación de los y las participantes desde que llegan hasta que llevan unos meses aquí? ¿Cómo se vive ese proceso?
Para mi es tener paciencia solamente. Te das cuenta que para ellos esto es un mundo nuevo, y necesitan tiempo para saber dónde están y conocer cómo funciona todo. Yo lo que suelo hacer es esperar, que me noten que estoy siempre ahí pero sin agobiarles, son ellos los que deciden. Es algo bueno para ellos, sienten que tienen a alguien, y por mi parte es muy gratificante.
¿Qué representa para ti formar parte de Cruz Roja?
Yo no conocía antes esta entidad. Lo veía por televisión, y siempre pensaba lo mucho que ayuda a la población. Cuando entré aquí, me di cuenta que la gente realmente sí que tiene espíritu de ayuda, no tienen una motivación ajena al mero hecho de ayudar. Eso es alucinante. Cuando vas a las reuniones y ves la pasión de todos los mentores y el interés que ponen por ayudar a los que lo necesitan, realmente piensas que si todo el mundo fuera así, el mundo sería completamente diferente.
¿Cómo animarías a otras personas a hacer este tipo de voluntariado?
El equipo de personas mentoras necesita seguir creciendo. Con cada persona vives una experiencia diferente siempre gratificante. Sugiero dar un primer paso para el compromiso con tu tiempo y tener iniciativa. Ellos no saben tampoco lo que hay aquí, y necesitan cosas, pero no saben pedirlo…Hay que tener un poquito de paciencia, porque es muy gratificante cuando empiezas a notarles cambios.
Cuando llegué al proyecto, yo quería ayudarles en todo y darles todo lo que quisieran: quería comprarles comida, ropa… Eso no es así: tus acciones tienen que tener una base educativa. Cuando las personas van cogiendo el camino que les va a ayudar a orientarse, tú le apoyas. Pero si la persona solo viene puntualmente a coger algo y no participa en las cosas para lograr su integración, necesitaríamos hablar con ellos. De nada sirve que les compres un bocadillo, porque eso no va a cambiar nada. Deben tomar una línea de actuaciones que contribuyan a cambiar su situación: trabajo, idiomas, asistencia, cambio de comportamientos…
Nota: Del acompañamiento socioeducativo a la Mentoría Social con menores extranjeros no acompañados, juventud extutelada y/o en riesgo social es un proyecto cofinanciado por la Comunidad de Madrid a través de los fondos provenientes de la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).