Blanca Gallego, trabajadora social y técnica de intervención social en la asamblea comarcal de Majadahonda-Las Rozas, en los próximos días deja la entidad, una decisión que ha tomado con pena pero con la motivación que supone enfrentarse a un reto nuevo.
De todas formas Blanca no deja Cruz Roja, afirma que siempre será «cruzrojera», ya que seguirá siendo voluntaria, al igual que viene haciendo desde hace 17 años cuando comenzó esta andadura en su Ceuta natal con solo 18 años. Seguirá de voluntaria de Socorros y Emergencias en la asamblea local de Madrid, formando parte de los Equipos de Respuesta Inmediata de intervención sicosocial (ERIE), a los que se incorporó hace 8 años.
De hecho, en este tiempo ha compaginado su trabajo como técnica, con el voluntariado y cuenta que alguna vez ha venido a la asamblea tras una noche de intervención con los ERIE, después de darse una ducha y sin dormir.
Sobre su experiencia en la asamblea de Majadahonda-las Rozas, dice que ha sido muy buena porque han formado un equipo en el que hay mucha complicidad y gracias a esta circunstancia, lo han podido disfrutar mucho, incluso en los momentos de caos.
Dentro de Cruz Roja ha desarrollado también su actividad en Cruz Roja Juventud, más tarde como directora provincial en Málaga durante 5 años, y después, coordinadora autonómica en Madrid. En 2012 pasó a ser técnica de Cruz Roja, y en 2020 se trasladó a la asamblea de Las Rozas.
Sobre la opinión que tiene de Cruz Roja desde su doble experiencia como trabajadora y como voluntaria, explica que la organización hace las cosas muy bien y que abarca un amplio espectro para abordar las tareas de manera generalista. En todo ello cree que ayuda la sujeción a los principios que rigen la actuación de Cruz Roja, como el de imparcialidad, que permite estar en el terreno de la mano de la gente, siendo una entidad muy reconocida y la población habla de ella con mucho cariño.
Sobre lo que ha significado y significa su experiencia en Cruz Roja dice que lo más importante es que le ha permitido «ponerle cara a la gente». Afirma que: «El trato directo me ha hecho reenamorarme de mi trabajo».
Valora muchísimo el cariño que ha recibido de las personas usuarias, muchas de las cuales han pasado a verla cuando recibieron un correo en el que se despedía. Blanca ha reconocido que habría mucha gente que envidiaría ese trato.
En cuanto a sus compañeros de la asamblea dice que se lleva amigos/as, que forman parte de un equipo y que lo que les diría es que no olviden que aunque tengas malos días, la gente espera que la trates con cariño y con una sonrisa.
En su equipo hay 12 voluntarios/as, muy estables y explica que para conseguir esa estabilidad cree que hay que darles el espacio que les corresponde, que vean la importancia de su voluntariado. «Eres un eslabón en una cadena y formas parte de todo el proceso», afirma.
Desde su área, lleva la parte de atención urgente y de integración de inmigrantes atendiendo a unos l.600 usuarios, de los cuales, un 85%, aproximadamente, son inmigrantes, mayoritariamente de Colombia, Venezuela y en menor medida de otros países de Latinoamérica y de otros sitios como Marruecos.
Por último, resume que su experiencia como técnica de Cruz Roja ha colmado sus expectativas y que ha sido una experiencia muy bonita. Pero insiste en que seguirá siendo voluntaria y que por lo tanto no se va del todo.
Desde la asamblea y la entidad, te deseamos, Blanca, que tengas muchos éxitos en tu nueva andadura profesional, seguro de que desempeñarás tus nuevas tareas con la misma profesionalidad y empatía que has demostrado en esta asamblea.
