Hoy es 28 de junio, día mundial del orgullo LGTBI+. Por ello, desde el área de Comunicación hemos querido dar una cobertura especial que pudiera reflejar la defensa de los derechos de los diferentes colectivos LGTBI+. Y para ello, se nos ocurrió la idea de hacer una charla coloquio en la que personas voluntarias y trabajadoras del área de CRJ y Salud pudieran charlar, dialogar y reflexionar, en primera persona, sobre lo que hay detrás de este día mundial con otras asociaciones y colectivos LGTBI+.

En un formato de coloquio, de charla conjunta, hemos querido contar con la opinión de todas estas personas ante la importancia de este día, y tratar temas tan importantes como su sentimiento sobre este día, sobre cómo ha transcurrido la evolución del término LGTBI en los últimos años, y sobre lo que queda por hacer en el presente cercano y futuro,  sobre la opinión generalizada de la sociedad ante este día y si la reivindicación se ha convertido en una mera fiesta en el centro de Madrid. Contar, desde dentro, las reflexiones de personas de nuestra entidad y ajena a ella, ante una fecha tan importante y ante un acto tan importante: un día de denuncia, reivindicación y sensibilización de todas aquellas disidencias de género, sexuales, afectivas y relacionales, para seguir trabajando por un orgullo inclusivo.

Por ello, hemos dividido la entrevista en dos partes. Hoy, os dejamos la primera parte y el próximo lunes publicaremos la segunda.

Queremos agradecer su participación e involucración a:

Julio López, Daniel Molinero y Ana Silva de COGAM, Karla Molina de KIF- KIF, Gerardo José Perez de Fundación TriánguloArturo Moreno de Arcópoli, Paloma de Mingo, Ana Bernete, Javier Fernández, Rosa María Iglesias y Alberto Carbonero de Cruz Roja, así como a Paula, Natalia y Raúl del área de Comunicación. 

 

 

1.- Cuando hablamos del día mundial de los derechos LGTBI+, ¿qué significado adquiere para cada una de vosotros y vosotras?

Julio– Para mí el día del orgullo significa que seguimos fuera del armario, que llevamos mucho tiempo fuera y que, de momento, nadie va a conseguir que volvamos atrás, a tiempos peores. Eso implica que llevamos muchos años, desde aquellas primeras manifestaciones, que era muy pequeñas, luchando para llegar a donde estamos hoy en día.

 

Arturo– Representa un día de lucha. El orgullo nació de una situación de rebelión hacia la policíade EE.UU. en una de las muchas redadas que se hacían entonces. Hoy en día, afortunadamente, no hay redadas en España, pero en muchos otros países sí. Por eso es un día de petición de nuestros derechos, de conquista de aquellos que nos igualen con el resto de la población y de mantenimiento de los que hemos conseguido hasta ahora. Debe ser, por eso, un día de solidaridad internacional, de darnos cuenta que en muchos lugares, las personas LGTBI no tienen los derechos de los que aquí gozamos.

 

Gerjo – Durante muchos años hemos hablado del día internacional de la liberación, lo cual es bastante significativo. Coincido en que es un día en que tenemos que celebrar los derechos que hemos adquirido, pero no podemos olvidar que hay muchas cosas por conseguir y que hay muchos países que no son tan afortunados. Parece que aquí se vive relativamente bien, pero las realidades son muy difíciles para muchas personas en muchas partes del mundo. Es un día para poner esto en valor y para no olvidar.

 

Dani– Creo que es un día de visibilidad para las personas LGTBI. Concretamente, yo he tenido una pareja muchos años que estaba dentro del armario y sé lo duro que puede llegar a ser. Hay muchas personas LGTBI que tienen miedo, o que, por diferentes circunstancias, no tienen esta visibilidad y este día es una manera de manifestarse a favor de la visibilidad y para defender que nadie tenga que tener miedo por su orientación sexual.

Julio, Dani y Ana de Cogam

 

Karla– Yo trabajo en Kif Kif que es una asociación que trabaja con personas migrantes y solicitantes de asilo LGTBI. Para nuestra entidad este día significa mostrar la visibilidad de la situación de estas personas migrantes aquí en España.

Dentro de la inclusión es necesario visibilizar las particularidades que estas personas viven. También es un día para visibilizarnos contra el discurso de odio, no solo hacia la comunidad LGTBI , sino también hacia las personas migrantes.

 

Paloma– Para mí el día 28 de junio es muy importante, y lo es sobre todo dentro de CRJ, en donde lo que tratamos es de visibilizar esa reivindicación. Para ello es necesario trabajar con los y las menores desde bien pequeñas. Con ellos y ellas hacemos talleres para que se conciencien y este día es importante, porque, aunque hacemos mucho, aún queda mucho por conseguir.

Paloma y Alberto, personal laboral y voluntario de CRJ

 

Alberto– Para mí, el orgullo debería ser mucho más crítico de lo que es, debería dar una explicación, una base teórica sobre cómo está el colectivo, por qué no estamos avanzando, por qué nos están intentado quitar derechos que ya teníamos adquiridos.

Un día en el que las distintas organizaciones se reúnan para poner en común las metas por las que luchar, porque al final todos tenemos una perspectiva y opinión sobre el orgullo, pero deberíamos tener una base desde la que partir y a partir de la cual avanzar.

El primer orgullo al que asistí, formaba parte de esa ‘masa pasiva’, esa gente que nos limitábamos a ver el orgullo, y, en un momento dado, decidí adoptar una actitud activa. Fui por Madrid, bailando, visibilizándome, y, en aquel momento, dejé atrás mis miedos. Yo ya no tenía miedo. Me estaba viendo todo Madrid, estaba orgulloso de ello, y, aún hoy, al recordarlo me emociona sentir aquella sensación.

Julio– Yo lo quiero llevar también a un nivel más emocional. Porque para mí el orgullo toma esa parte emocional. El primer orgullo al que asistí, formaba parte de esa ‘masa pasiva’, esa gente que nos limitábamos a ver el orgullo, y, en un momento dado, decidí adoptar una actitud activa. Fui por Madrid, bailando, visibilizándome, y, en aquel momento, dejé atrás mis miedos. Yo ya no tenía miedo. Me estaba viendo todo Madrid, estaba orgulloso de ello, y, aún hoy, al recordarlo me emociona sentir aquella sensación.

Cuando era joven, jamás imaginé llegar a un instituto y poder identificarme como gay. Esa conquista es lo que ha generado todo el tiempo de lucha de muchas personas, de muchas organizaciones. Yo, y todos nosotros y nosotras tengo la obligación de coger ese relevo, y de seguir luchando, por mí, por los que estuvieron y por los que vendrán.

Parece que en Madrid o en Barcelona lo tenemos “todo hecho”, pero yo he estado 10 días en Galicia y es muy triste ver cómo se sigue viviendo allí la situación. Hay que hacer autocrítica en este sentido, porque parece que el colectivo se ha movido solo en estas ciudades grandes, y es que en Santiago o en A Coruña, me ha costado horrores encontrar un colectivo que esté luchando por los derechos de nuestra gente. Nos hemos metido, de alguna manera en un ‘gran armario’ en ciudades como Madrid.

«Es cierto que probablemente debería tener más peso político, pero también lo es que no entendería un orgullo sin fiesta.»

Javier– El orgullo es una celebración, una fiesta, y creo que así debe ser. Otra cosa es como ha perdido ‘fuelle’ como acto reivindicativo, y ha incorporado una parte más empresarial. Pero sigue siendo una fiesta y un altavoz, lo cual creo que es muy importante. Es cierto que probablemente debería tener más peso político, pero también lo es que no entendería un orgullo sin fiesta. No creo que sea un día que me deba entristecer. Otra cuestión es el componente político del orgullo, eso tiene que ver más con el activismo, que es lo que hacemos cada día para luchar por nuestros derechos. El activismo no es cuestión de un día o una fecha.

Para Cruz Roja creo que es un escenario, una plataforma para poder llegar a la población con mensajes de sensibilización.

En cuanto a lo que comenta mi compañero, sobre ese ‘ghetto’ que existe en ciudades como Madrid o Barcelona, nos guste o no, creo que eso forma parte de la cultura del colectivo, de la manera en que nos hemos desarrollado. Es parte necesaria para entender la historia del movimiento.

Rosa, Arturo y Javier

 

Rosa– Desde CRE Madrid para nosotros y nosotras el día 28 es un día para seguir luchando contra la LGTBfobia, ya que aún, en muchas, ocasiones atendemos a personas que vienen machacadas, con grados de ansiedad disparados, simplemente por haber tenido una relación sexual con una persona del mismo género.

Por ello, el 28J es un espacio de respeto, donde podamos seguir luchando por los derechos para que todas las personas tengamos los mismos.

 

Ana Bernete– Considero que el orgullo es un día de reivindicación, pero también apoyo toda la parte de la fiesta. Y es que considero que tenemos derecho a sentirnos libres, a disfrutar todos y todas juntas sin tener miedo. Que el 28J sea un espacio seguro, al igual que los que creamos en nuestras organizaciones. Que no podamos decir nunca que en el orgullo se siente más segura una persona CIS hetero que una persona trans, por ejemplo.

Es esencial recordar la importancia que tiene que construyamos estos espacios seguros donde las personas no tengan miedo de ser lo que son.

 

2.- ¿Cómo está asumiendo la sociedad la normalización del colectivo LGTBI+? ¿A qué ritmo vamos? ¿Notas un cambio en los últimos 5 años de cómo hoy en día se relacionan los jóvenes con este tema y cómo lo viviste tú hace años?

Dani– Hace 25 años cuando yo estaba en el instituto me hubiera parecido impensable lo que he vivido en algunos talleres de los que hoy en día soy monitor en colegios. He vivido la experiencia de que niños o niñas de 12 años vengan, después de un taller, y se identifiquen como una persona trans, y no solo eso, sino que me cuenten que toda su clase les apoya y que no han tenido, en este sentido, ningún problema.

Esto en los 80, 90 hubiera sido impensable. Creo que es un avance increíble, y yo creo que la sociedad va asumiendo la normalización del colectivo. Creo que los pasos que se han dado han sido grandes y en bastante buena dirección.

 

Alberto – Yo, que tengo 24 años, he vivido lo que es pasarlo mal en el instituto, hace 10 años. Y solo en estos 10 años he visto un cambio brutal. Un cambio que creo que viene generado en gran parte, por la visibilización en las series y películas.

Es algo básico, pero hasta hace muy pocos años no encontrábamos películas de temática homosexual en el que las dos personas terminasen “bien”, juntas y enamoradas. Siempre eran grandes historias marcadas por la tragedia.

Si tú eres una persona del colectivo y ves estas películas lo último que te apetece es ser homosexual. Vas a creer que está mal, que tu vida será una tragedia.

Ver, sin embargo, las series y películas de hoy en día, con temática LGTBI, con historias “normales” con unos patrones de relaciones sanas, ayuda mucho a la visibilización y a romper un poco estos esquemas mentales que todos tenemos en la cabeza.

Que los niños y niñas puedan ver estas películas me parece importantísimo de cara a su educación y a la normalización que le van a dar.

Otra cosa es cómo hemos llegado a este punto, cómo hemos podido llegar a hacer películas con temática LGTBI y eso ha sido, evidentemente, gracias a todas las luchas de la calle, de las asociaciones, de tantos años.

 

Ana Silva– Estoy muy de acuerdo con mi compañero. Y lo noto porque tengo una hija y un hijo pequeños. Y tanto en el mundo de la liberación de la mujer, que no se si va unido pero yo creo que tiene mucho que ver, como en la lucha del colectivo, estos 5 – 10 años han supuesto un cambio brutal. Y estoy de acuerdo en que este cambio ha tenido mucho que ver con la televisión y el cine. Mis hijos ven estas películas, estas series, y ven el tema de una manera mucho más natural que hace años. Además, también estamos viviendo el boom de las redes sociales, lo cual también ha favorecido muchísimo la visibilización, y me parecen grandes fuentes para luchar por esta normalización.

Es mucho más fácil, en suma, educar hoy en día en esta diversidad.

 

Julio – Venimos a un cine, el de hoy en día, que sería imposible hace años. Pero no solo en la televisión, sino que las redes sociales también han colaborado en gran medida a todo el proceso de visibilización.

Cuando yo tenía 20 años estaba solo y era gay. A día de hoy, la persona del colectivo no está sola, porque tiene una red inmensa. Está claro que hay que hacer trabajo en el instituto, pero ahora una persona esta interconectada, tiene un apoyo que nosotros y nosotras no tuvimos.

Por otro lado, está muy bien lo que dicen mis compañeros y compañeros sobre el espectáculo del orgullo. Yo también defiendo la fiesta, pero creo que deberíamos utilizar esta fiesta para reivindicar nuestros derechos.

Lo que desde luego no me gusta es que alguien haga caja con mi orientación afectiva. No me gusta que ahora las películas tengan personales del colectivo porque “vayan a tener más tirón”.

 

Rosa – No debemos olvidar que tampoco es lo mismo ser mujer y lesbiana que ser hombre y gay.

 

Julio– De hecho, hace pocos días se celebró en Chueca el Día del Orgullo Lésbico en el que, por supuesto, había una cantidad ínfima de personas comparado con las personas que hay en el orgullo gay. Y es debemos hacer autocrítica, porque sigue siendo el día del orgullo gay, no representa al colectivo. Y esto tiene mucho que ver con que aún seamos una sociedad patriarcal.

 

Rosa–  Totalmente de acuerdo con mi compañero. Las siglas creo que están ordenadas en función de donde hace falta poner más refuerzo, que es en las mujeres y, en particular, en las mujeres lesbianas.

Además, se ha luchado mucho porque en el cine se representaran escenas de sexo entre mujeres porque socialmente parece que dos mujeres no pueden tener relaciones sexuales.

Ha habido un gran cambio, el hecho de que cada vez más gente famosa salga del armario está haciendo que todo vaya sumando y avanzando. Pero a la vez me planteo que, creo que la heteronormatividad sigue presente y se sigue dando por hecho que todos y todas somos heterosexuales y que para cambiarlo debes salir del armario.

Es muy visible y muy necesario esto de salir del armario, pero también me pregunto hasta cuándo tendremos que ‘seguir saliendo’ y cuando se empezará a dar por hecho que existe una diversidad y dejar ese pensamiento de “hasta que se demuestre lo contrario, todos y todas somos heteros” o que porque “tengas pinta” de ser hetero o ser homosexual. Al final, la LGTBfobia, la plumofobia, la sufrimos las personas bien por ser LGTB o bien por parecerlo.

Rosa de CR Salud y Arturo de Arcópoli

 

Julio– Esto que comenta mi compañera es la base sobre la que se cimientan los nuevos movimientos queer, el “acabar con las etiquetas”. Para poder “dejar de salir del armario” necesitas tener unas herramientas, necesitas, o que la sociedad sea muy aperturista (que no es el caso) o un determinado grado de madurez. Hasta que alcanzas ese grado de madurez necesitas pertenecer al grupo y para ello tenemos que identificarnos con el colectivo y “salir del armario”.

Yo ahora mismo no necesito una etiqueta pero sí la necesité cuando tuve 20 años. Necesitaba salir del armario para que cuando surgieran distintos problemas pudiera identificarme con gente en mi mismo universo y comprendiera mis problemas de hombre cis homosexual.

Porque hay situaciones, afectivas, emocionales, que solo una persona del colectivo puede comprender. Una persona hetero puede entender ciertas cosas, pero al final, no siente lo que tú sientes, no ha pasado por un proceso que tú has pasado.

 

Gerjo– Yo sí creo que hemos conseguido avanzar bastante, aunque quedan muchas cosas por hacer. Tenemos la suerte de vivir en un país donde la sociedad es bastante abierta a dejarnos libertad para que cada uno viva su afectividad como considere.

Creo que uno de los puntos clave fue la aprobación del matrimonio homosexual hace 14 años que, aunque es cierto que entonces la sociedad no estaba preparada, fue un avance político más que social, que hizo que la sociedad cambiara y de alguna manera se “normalizara”.

Muchas familias, por el hecho de que exista esta ley, aceptan en mayor grado estos matrimonios, y esto juventudes algo que hizo a muchas personas abrirse y poco a poco ir cambiando.

Respecto a los jóvenes, el cambio que veo, de mi época a ahora, es que creo que entonces éramos mucho más activistas. Había muchas cosas por hacer, no era nada fácil la lucha. Mi primera manifestación, que fue por Preciados, llevaba el lema de ‘Fuera Máscaras’ y prácticamente todos y todas íbamos con máscaras porque nos daba una vergüenza tremenda estar allí.

Por aquellos entonces existía una sociedad muy hostil, se nos perseguía, además estaba socialmente aceptado hacerlo. Nos insultaban, nos echaban de los bares y la gente apoyaba a quienes nos echaban, porque al final, éramos maricones y se nos podía echar.

Ha habido muchos avances desde entonces, pero noto que ahora los y las jóvenes, son más beneficiarias que activistas. Más de “tú organízame actividades que yo me apunto”. Por supuesto hay excepciones y personas que se lo creen y que se mueven, pero he notado que la juventud, su forma de ser activistas es más a través de las redes sociales, más desde una posición cómoda.

En cuanto al tema del cine que han comentado mis compañeros, estoy de acuerdo con ellos y ellas. Las cifras, el pasado año, el festival de cine LGTBI que organiza nuestra organización fue el de más asistencia en toda la Comunidad. Este medio audiovisual es muy poderoso a la hora de cambiar mentalidades y de abrirte a nuevas realidades.

En este sentido, durante mucho tiempo el cine gay se consideraba cine porno. Lo transgresor fue que nosotros y nosotras empezamos a hablar de afectos, de que somos personas sexuales pero también afectivas.

Jergo de Fundación Triángulo en primer plano

 

Arturo– Estoy de acuerdo con Gerjo. La aprobación del matrimonio entre las personas del mismo sexo supuso en España un cambio en la sociedad y un cambio también en la juventud, que ahora es mucho más visible que hace años, mucho más libre de expresar sus afectos, su libertad, aunque es verdad que esto sucede mucho más en grandes ciudades.

Aunque también hay que destacar localidades como Segovia, como Toledo, que sí tienen orgullo, que sí tienen asociaciones que luchan por los derechos del colectivo y que sí se mueven en este sentido.

En EEUU en los 60 se empezó a meter en series y películas, personajes negros, y no fue por casualidad, fue porque hubo un movimiento de personas que decidió que ya era hora de visibilizar a estas personas, un poco de la misma manera que hoy ocurre con nuestro colectivo.

También es verdad que se centra mucho más en los gays que en las lesbianas o transexuales. En historias de mujeres lesbianas sigue ocurriendo que las escenas sexuales se presentan como hipersexualizadas y enfocadas al público masculino.

Ayuda mucho la visibilización en el cine o las series a los y las jóvenes, sobre todo a las que viven en las ciudades más pequeñas, que probablemente necesiten este tipo de referentes porque no los tengan tan presentes en su vida diaria.

Arturo de Arcópoli

Karla– Yo querría destacar que más que hablar de la normalización, querría poner en la mesa el tema de la igualdad de derechos, porque creo que de alguna manera sí se ha avanzado, pero en el caso de las personas solicitantes de asilo la situación administrativa determina mucho el acceso a ciertos derechos y ello, mezclado con las circunstancias de cada persona (ser mujer, ser de una etnia determinada, ser homosexual…) determina mucho el acceso a estos derechos básicos y fundamentales.

Es decir, creo que sí que ha habido ciertos avances en el colectivo, pero el acceso a estos derechos conquistados es aún una lucha que desde la organización llevamos a cabo. Todavía hay un camino que recorrer. Y es que la LGTBfobia, cuando eres una persona migrante o refugiada la sufres aún más y se suma a otras dificultades como el no acceso a la tarjeta sanitaria, y el acceso precario a la vivienda o el empleo.

Carla de Kif – Kif

Alberto– Otro de los factores fundamentales para los avances conquistados dentro del propio colectivo ha sido el acceso al mundo laboral. En esta sociedad, muchas veces nos fijamos en qué pareces o  cómo pareces, y es algo que ha sufrido y sufre el colectivo, en especial las personas transexuales hoy en día, pero que también los sufren más personas, como puedan ser las personas migrantes y que supone un escollo en el acceso al mundo laboral.

Tristemente, aún hoy en día, algunas de estas características son determinantes para no seleccionarte para un empleo. Y creo que esta es una lucha muy importante, que podamos llegar a un puesto de trabajo y construir una vida y un futuro como cualquier otra persona.

Al final, tenemos que darnos cuenta de que detrás de estas discriminaciones se encuentra siempre el dinero. Nadie discrimina a un chico gay adinerado, o a una persona inmigrante rica, pero sí se hace cuando estas personas no tienen dinero.

 

Ana Bernete– El cambio ha sido brutal en los últimos 5 años y el activismo que hacemos los jóvenes es increíble. No se puede decir que la cosa está parada, que la gente no se mueve, porque no es así. Yo acabo de salir del instituto, tengo 19 años, y cuando yo estaba en la ESO era impensable la situación actual, yo no siquiera alcanzaba a saber qué era ser bisexual, porque eran temas tabús.

Ahora hablo con personas de CRJ, con participantes de 13 o 14 años que están sensibilizados, que están hablando del tema, que reciben charlas continuamente, y no tiene nada que ver con mi situación a su edad.

Haciendo encuestas en colegios, los niños y niñas de 8 años se conocen las siglas LGTBI, las entienden, saben lo que significan. Y saben que tienen que respetar a todo el mundo y que no pasa nada por no ser lo que está concebido como ‘normal’.

Y toda esta sensibilización que niños y niñas tienen, muchas veces las personas de 18-20 años no lo tenemos. Creo que es muy importante por ello que valoremos lo que están haciendo los y las jóvenes simplemente hablando entre ellos y ellas, cuestionándose las cosas o buscando información en redes sociales.

Y es que las personas de mi generación, muchas veces nos hemos construido e informado a través de las redes sociales, en especial, twitter. Pero que el activismo haya cambiado su forma no significa que haya dejado de ser activismo, o que la gente esté parada. Es importante darnos cuenta de esta realidad, y ver que seguimos educando, formándonos y que es esencial que nos escuchemos, que escuchemos a los y las niñas de 8 años y que no juzguemos desde la perspectiva de adulto, sino meternos más en su realidad.

(<<El lunes 1 de julio, la segunda parte>>)

Prevención de Conductas violentas es un proyecto cofinanciado por la Comunidad de Madrid, a través de los fondos provenientes de la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF)

Ana, voluntaria de CRJ

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