Nuestros compañeros y compañeras de la asamblea local de Madrid han querido que conozcamos un poco más a parte de su equipo. En este caso, han tenido la oportunidad de entrevistar al nuevo Comité Local, formado tras las elecciones, y a Miguel Ángel Coca, quien ha participado en diferentes proyectos en Cruz Roja y, actualmente, se encuentra en Atención con Infancia Hospitalizada.

Comité de la asamblea local de Madrid

En esta entrevista podrás conocer más acerca de los compañeros y compañeras que forman parte del nuevo Comité Local, de sus candidaturas y de los objetivos y retos que se plantean.

Todas las personas integrantes consideran importante potenciar la calidad de las acciones de Cruz Roja, diversificar y ampliar el conocimiento interno y externo de su labor, e impulsar la colaboración entre todos/as los/as que componemos la entidad. ¡La ilusión que transmiten es contagiosa!

¿Desde cuándo tenéis vinculación con Cruz Roja?

Juan María: Siempre he sido una persona con disposición a colaborar, ligada a asociaciones vecinales y deportivas. Al inicio de la pandemia, un amigo me invitó a colaborar con Cruz Roja. Desde entonces, estoy activamente apoyando: actualmente soy referente en proyectos de integración social para jóvenes sin tutela, una acción de acompañamiento social, con marcada intención educativa, que permite a los jóvenes definir y consolidar un proyecto de autonomía vital. Los acompañamos en su proceso de inserción sociolaboral y de emancipación.

María: Desde niña estuve vinculada, ya que mi padre fue vicesecretario general y vi en él la vocación de servicio. En 1982 fue cuando ingresé en la institución. Desde entonces, mi paso por Cruz Roja ha sido una experiencia maravillosa. En ella no sólo me formé profesionalmente, sino que decanté lo mejor de mi personalidad. En ella conocí a mis amigos, confidentes, e incluso a mi pareja. Hablar de ella es hablar de una parte vibrante en mí y, aunque ya estoy jubilada, la vocación de servicio se mantiene intacta. Hoy mi voluntariado se enfoca en dinamizar y formar a los equipos de emergencia, impregnarlos con un poco de esa esencia y espíritu de solidaridad y responsabilidad que significa portar el chaleco rojo.

Paula: Soy voluntaria en Cruz Roja desde hace tres años, pero anteriormente he colaborado en cooperación con otras entidades nacionales e internacionales. Actualmente, colaboro como Referente en Cruz Roja Juventud en el proyecto «En Marcha», actividad vinculada en la Cañada Real y diseñada para fomentar un ocio educativo y saludable para jóvenes con pocos recursos.

Francisco: Me vinculé a Cruz Roja hace la friolera de 53 años. Empecé en Cruz Roja Juventud cuando se creó en Madrid. Colaboré en diversas tareas con los jóvenes, y luego pasé a funciones de organización y dirección dentro de Cruz Roja Juventud. Posteriormente, fui subdirector nacional de Juventud, donde apoyé a los jóvenes en una participación más activa y democrática dentro de Cruz Roja. Fue así como pude crear el departamento de voluntariado y fui el primer director de esta área durante muchos años. Luego, durante un tiempo reduje mi participación, y juré que cuando me jubilara volvería a colaborar activamente. Ya me he jubilado y participo en varias actividades: hago acogida y valoración en el marco de atención a las personas y, también, estoy en voluntariado y desarrollo de la red territorial en la autonómica.

¿Por qué decidisteis ser persona voluntaria de Cruz Roja? ¿Cómo iniciasteis vuestro voluntariado y cómo ha evolucionado a lo largo de este tiempo? ¿Dónde colaboráis actualmente?

Laura: Llevaba mucho tiempo queriendo ser parte de Cruz Roja para poder contribuir a las necesidades de la sociedad en general. Cruz Roja siempre me ha parecido una buena oportunidad para poder crecer: es una institución grande con muchos proyectos y te sientes cómodo en cualquiera de ellos. En 2019 inicié mi voluntariado en “Promoción del Éxito Escolar”, donde dábamos apoyo al estudiante. Hoy, soy directora de Cruz Roja Juventud en la Asamblea Local de Madrid. Como directora, mi función es la colaboración y gestión general de los proyectos, crear o dar apoyos a los mismos y a los equipos.

Luis: Me inicié hace cinco años como voluntario corporativo a través de Naturgy, en un proyecto de colaboración con Cruz Roja. Enseguida, desde Cruz Roja me dijeron “¿pero cómo vas a ser tú voluntario de Naturgy? Tienes que ser voluntario de Cruz Roja” y dije “pues oye, encantado” y comencé haciendo lo mismo, pero como voluntario de Cruz Roja. Empezamos con “Pobreza energética”, proyecto en el que continúo y donde colaboro de forma habitual. Consiste en ayudar a familias vulnerables a reducir su factura energética, con recomendaciones y que, con esto, consigan también un adecuado nivel de calidad. No es solamente desenchufar las cosas y vivir mal, sino hacer más eficiente la utilización de la energía eléctrica. He participado puntualmente en charlas/talleres sobre temas de medio ambiente y socorro en colegios.

Guadalupe: Después de muchos años de trabajo profesional muy absorbente, comencé una nueva etapa con disponibilidad para hacer otras cosas y, entonces, tuve claro que quería invertir tiempo desinteresadamente para mejorar la vida de otras personas. El hecho de que la Cruz Roja fuera una organización laica, con principios que compartía plenamente, fue clave para decantarme por esta institución. También me atrajo la amplitud de servicios que ofrece a prácticamente todos los colectivos vulnerables. Inicié mi colaboración hace más de ocho años en el Centro de Mayores Reina Sofía, impartiendo talleres a personas mayores. Es una actividad muy enriquecedora, tanto para las personas usuarias como para el voluntariado. Sigo realizándola y me gustaría continuar mientras sea útil. Hace 3 años, poco después de mi jubilación, asumí también el papel de Referente de Voluntariado en el Centro Reina Sofía.

María Jesús: Mi hermana es voluntaria de Cruz Roja de el Ejido, Almería, y yo veía que estaba muy contenta. Ella fue la que me alentaba a informarme sobre el voluntariado aquí, en Cruz Roja Madrid, pero yo entonces no contaba con disponibilidad. En mayo de 2020 la empresa en la que trabajaba hizo un ERE, y fue cuando retomé esta iniciativa. Inicié las gestiones para ser voluntaria y, en junio de 2020, recibí una llamada para proponerme colaborar en el área de voluntariado de la Asamblea Local de Madrid. La idea me pareció muy atractiva y, desde entonces, aquí sigo, creciendo en las actividades que desempeño y encantada con la actividad que realizo. Para que te hagas una idea, vivo en el centro de Madrid y acudo a Muguet, vamos que doblo el plano. Actualmente, soy referente del área de voluntariado de la Local de Madrid y, además, he ampliado mi compromiso colaborando de forma esporádica en el área de empleo autonómico.

¿Qué conocíais acerca de los órganos de gobierno de Cruz Roja antes de iniciar vuestra andadura como miembro/a del comité? ¿Por qué decidiste presentar vuestra candidatura?

Laura: Conocía las bases de los programas de Cruz Roja Española y Cruz Roja Juventud, pero es verdad que era algo que no veía muy alcanzable por la dificultad en acceder. Una vez dentro de la entidad, te das cuenta de que no: los órganos del gobierno están formados por personas voluntarias y ahí está la clave para que las cosas salgan bien, todo parte de una visión del voluntariado. Decidí presentar mi candidatura porque, aparte de que en mayo termino la dirección de Cruz Roja Juventud, creía que era el momento de dar el salto a Cruz Roja Española, de conocer más proyectos y a otras personas distintas.

María Jesús: Como referente de voluntariado, he acudido y acudo a diversas actividades con la presidenta, donde se habla de la estructura de los órganos de gobierno. En estos espacios, comprendí la importancia y trascendencia de estas figuras. Decidí presentarme con ánimo de aportar en la mejora de nuestra organización, para que podamos ayudar más y mejor a las personas más vulnerables. Creo que hay aspectos susceptibles de mejora, como incrementar la visibilidad de la labor de Cruz Roja en la sociedad, con la finalidad no solo de darnos más a conocer, sino también de conseguir más recursos humanos y económicos. Y, de manera interna, aumentar el sentimiento de pertenencia de todas las personas que conformamos Cruz Roja, con la idea de tener una mayor involucración en lo que hacemos cada día.

Paula: Desconocía la responsabilidad de los órganos de gobierno, hasta que descubrí que es fundamental su acción y funcionamiento, y fue cuando me interesé por conocer su misión de primera mano. Decidí presentar mi candidatura para conocer más de cerca los proyectos y poder aportar mi experiencia y mis ganas, y gracias también al apoyo de mis compañeros y compañeras voluntarios que apostaron por mí.

Francisco: Los órganos de gobierno tienen capacidad de decisión y, mi intención, es que sean cercanos y transparentes para potenciar algunos aspectos de Cruz Roja, a fin de dar una respuesta inmediata a las nuevas necesidades. Debemos potenciar la colaboración entre el personal voluntario y técnico, para que confluyan en la mejora de la atención a las personas. También, mejorar el ámbito donde se hace la acogida para que funcione más como un hogar que como una oficina. Asimismo, creo que los miembros del comité debemos distribuirnos por las distintas zonas para entrar en contacto y conocer la situación real de cada punto de la local de Madrid. Soy muy inquieto y puedo aportar muchas cosas, tanto por la visión global, como en la atención directa a las personas. Tengo disponibilidad y muchas ganas.

Destacar algún aspecto que os gustaría trabajar como miembro/a del comité. ¿Qué retos/objetivos os habéis planteado?

Luis: Ofrezco mi experiencia profesional anterior, mi energía e ilusión. No soy ni mujer, ni joven, que son dos cosas que predominan y potencian, pero tengo todo lo demás: energía e ilusión. Como principio fundamental, lo que me preocupa y ocupa es que todas las actividades se realicen con la calidad adecuada a la marca Cruz Roja. Nuestra organización tiene una marca importantísima que no podemos devaluar en ningún momento: ocuparnos de todas las actividades con calidad por encima de la cantidad, lo cual no quiere decir que no tengamos que cumplir objetivos cuantitativos, por supuesto, pero que hay que hacerlo siempre con la calidad adecuada y al nivel de lo que la marca Cruz Roja exige.

Guadalupe: Mejorar la involucración y participación de las personas voluntarias en los equipos de sus sedes, más allá de las tareas que realizan individualmente. Conseguir que se trabaje como un verdadero equipo, en conjunto con el personal técnico. Ahora puede ser un buen momento para construir sobre ello: muchos miembros del nuevo comité comparten esta inquietud y equipos técnicos lo tienen como prioridad. También me gustaría contribuir a la mejora del área de Mayores. Este colectivo es muy diverso, crece cada día, y sus necesidades y demandas siempre van por delante de la asistencia, a pesar del ingente esfuerzo que están haciendo las instituciones públicas y las organizaciones no gubernamentales. Hay muchas necesidades que atender, pero destacaría continuar potenciando acciones para paliar la soledad no deseada y la lucha contra la brecha digital. Por último, en términos de recursos, y por mi pasado en el mundo empresarial, veo que en Cruz Roja ha habido experiencias ejemplares de voluntariado corporativo, el cual ofrece muchas oportunidades y me gustaría aportar mi granito de arena.

Juan María: Evitar la monotonía en el accionar de nuestro voluntariado supone un gran reto que me gustaría mejorar. Hay que diversificar el conocimiento, hacer partícipe a todo el voluntariado de todo lo que se hace e involucrarlos. Potenciar un proceso formativo que aporte visión de las posibilidades del voluntariado, para así incrementar la permanencia y crecimiento del mismo. Asimismo, es importante trasladar las acciones de Cruz Roja: somos más que una ambulancia en un partido deportivo o una jornada de donación de sangre; tenemos la capacidad de ayudar e influir en los jóvenes en situación de vulnerabilidad y otorgarles una oportunidad para que sean mejores y puedan insertarse en la sociedad de una manera positiva y productiva.

María: Principalmente, la comunicación y el marketing. Estamos haciendo cosas maravillosas, cambiamos vidas e influimos positivamente en seres humanos. Y todo ese impacto no se difunde lo suficiente, ni externa ni internamente. Comenzaría con lo más importante: escuchar. Escuchar a nuestros equipos, conocer sus áreas de trabajo, misiones, impacto, historias, anécdotas, enseñanzas y luego, compartirlo. Comunicar a todos/as que Cruz Roja es más que la venta de un ticket de lotería o una jornada de donación de sangre: tenemos la capacidad de impactar positivamente en el futuro de las personas y cambiar sus realidades por muy duras que estas parezcan.

 

Entrevista a Miguel Ángel Coca, Voluntario de Atención con infancia hospitalizada

Miguel Ángel ha colaborado en diferentes proyectos dentro de Cruz Roja y, en la actualidad, participa en Atención con infancia hospitalizada.

“Los niños y niñas son especiales, te hacen ver las cosas de otra manera, te enseñan que tenemos que ayudar. No cambiaría por nada lo que estoy haciendo en hospitales”

¿Cómo te hiciste voluntario en Cruz Roja?

Yo estaba trabajando justo antes de empezar la pandemia en un hotel, en Toledo, cuando un amigo me comentó que buscaban personas para hacer voluntariado por un incendio que hubo en la ciudad. A raíz de ahí, entré en Cruz Roja Toledo, y justo saltó la pandemia al mes de estar ya en socorros y emergencias. Me quedé con la ambulancia para arriba y para abajo y repartiendo comida.

¿Qué pasa por la cabeza de una persona a la que le toca trabajar en una época tan dura?

Tirar para adelante. Veíamos personas que necesitaban muchísima ayuda y las ayudábamos, a pesar de la situación de caos e incertidumbre que vivíamos.

Hoy en día, te dedicas al voluntariado con infancia hospitalizada. ¿Cómo comenzaste en este proyecto?

Un día, mientras trabajaba en los desayunos de un hotel, vi un niño de unos cuatro años con la cabeza rapada y con cáncer… irradiaba una sonrisa para arriba y para abajo. Fui a hablar con los padres y les pregunté. Me dijeron: “Mira, es que este niño nos da la vida a nosotros, con todo lo que lleva nos da la vida”. Y a raíz de ahí, me dije a mi mismo: “Es lo que yo quiero. Ir a un hospital y ayudar a los/as niños/as con cáncer”. Fue cuando cerraron el hotel y me trasladé a Madrid. Lo primero que hice cuando llegué, fue ir a Cruz Roja Madrid para apuntarme.

¿Cómo han sido los primeros días con infancia hospitalizada?

Cómo estábamos en pandemia y no podíamos ir a los hospitales, empecé con el proyecto de éxito escolar. Por fin, cuando empezamos en los hospitales, te das cuenta de que es otro mundo. Los niños son especiales, te digo la verdad.

¿Tu colaboración en el proyecto de infancia hospitalizada ha cambiado la forma de cómo ves el mundo? Cuéntanos un poco más de cómo te ha impactado

Sí, porque ves que los niños y niñas, desde luego, son especiales. No sé si por el sufrimiento o por estar ahí tantas horas ingresados/as lo que les hace ser diferentes. Te hacen ver las cosas de otra manera, te enseñan que tenemos que ayudar. No sé cómo explicarlo. Te sale de dentro, no cambiaría por nada lo que estoy haciendo en los hospitales.

¿Cómo es vuestra rutina en el proyecto?

Yo voy dos días a la semana, de diez de la mañana a las dos de la tarde. Cuando llegamos, abrimos las puertas del teatro y ya nos ponemos con los/as niños/as, de cero hasta diecisiete años, que vienen por consultas, pruebas y quimioterapia. Lo que hacemos es estar en teatro y hacer que les sea más fácil todo. Durante el tiempo que se quedan, se ponen a dibujar, hacen pulseritas, juegan… y los padres también participan. Lo que notamos es que cuando llegan los/as niños/as no quieren entrar al teatro pero, una vez que entran, no quieren salir. Los médicos vienen por ellos/as porque no quieren salir.

¿Hay algún caso especial que te haya llamado la atención?

Sí. Una niña de Canarias que fue campeona de gimnasia rítmica que tuvo que venir a Madrid para curar un cáncer. Yo la conocí casi en lo último del proceso. Pero ya estaba negativa de todo. Negativa de tomar las pastillas, de todo. Tenía once años. La cogí delante de los padres y le di una charla de motivación, contándole mis propias experiencias de chaval. Y a la semana siguiente, cuando volví, los padres me dijeron: “Madre mía, que manos benditas. La niña ha cambiado y ya quiere volver a entrenar y competir”. A la siguiente semana, le dieron de alta y se vino corriendo abrazándose a mí junto a los padres.

¿Qué le dirías a una persona que piensa hacerse voluntario de Cruz Roja?

Que lo primero es hacerse voluntario de Cruz Roja y, una vez que se hacen voluntarios, es ver el proyecto que más te puede llenar. Tienen tantísimas cosas que siempre va a haber algún proyecto que te guste. Hay tanto, que algo te tiene que llenar. Yo siempre digo que, una vez que te metes en un proyecto que te llene, no vas a salir de él.

 

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