Los efectos secundarios del tratamiento de esta enfermedad crónica, así como la discriminación y el estigma asociados a esta enfermedad, puede convertir a las personas que viven con el VIH en personas extremadamente vulnerables, haciéndose necesaria en muchos casos una intervención multidisciplinar (psicológica, sanitaria, socioeconómica y educativa). Hay que tener en cuenta que, en muchos casos, estas personas tienen un perfil añadido de drogodependencia y de pobreza económica.

Ante esta situación, Cruz Roja pone en marcha este proyecto de intervención comunitaria y desde la perspectiva biopsicosocial, cuyo propósito es prestar apoyo social, psicológico y sanitario a las personas que viven con VIH /SIDA, mejorando además su calidad de vida, y fortaleciendo sus capacidades individuales.

Parte de ese proyecto lo forman Ana y Alejandro, técnicos del mismo, donde ofrecen diferentes herramientas que se reparten en tres áreas específicas: el apoyo emocional, la atención sanitaria y la atención social. Hemos podido entrevistarles para conocer a fondo en qué consiste el proyecto y la relación que nuestros compañero y compañera mantienen desde hace poco con Cruz Roja en la Comunidad de Madrid.

Contadnos, ¿Quiénes sois, de donde venís y por qué Cruz Roja?

Ana – Yo soy Ana, soy enfermera y toda mi trayectoria profesional ha sido en hospitalización. Estos últimos años han sido muy duros, así que decidí dejar la sanidad pública y meterme en Cruz Roja para ayudar a personas con diagnóstico de VIH, que es un tema que a mí siempre me ha llamado la atención. Elegí Cruz Roja porque se trata de una entidad muy grande, con muchos recursos, que llega a muchas personas y que me ayuda a realizarme como profesional de la enfermería, ayudando a las personas que lo necesitan.

Alejandro – Yo soy psicólogo. La mayor parte de la experiencia profesional que tengo ha sido a través del voluntariado, y de hecho ya había hecho voluntariado en CR en el ERIE psicosocial, en Socorros y Emergencias. En los últimos meses he estado en asociaciones LGTBIQ+ y con tema de VIH. Salió una oferta de empleo en Cruz Roja que me cuadraba bastante con la trayectoria que estaba tomando ahora, y aquí estoy.

¿Qué es lo que conocías de Cruz Roja antes de entrar?

Ana – Mi padre ha empezado a ser voluntario de Cruz Roja hace poco tiempo. Al final Cruz Roja la asociaba a situaciones de emergencia, de ayuda humanitaria…pero desconocía bastantes recursos que tiene nuestra entidad, aunque siempre lo he asociado a personas que lo necesitan.  A mí me llama mucho la atención de la magnitud de la organización: todos los proyectos que hay y las posibilidades que se te abren al poder trabajar aquí.

¿Cómo está siendo la acogida con el equipo de salud?

Ana – Yo vengo de la Sanidad Pública, donde la acogida a veces no es tan buena. Aquí, vayas donde vayas – además nosotros nos movemos por todas las asambleas locales – todo el mundo te acoge estupendamente, te ayudan en todo lo que pueden, siempre tienen buenas palabras… Intentan integrarte en el grupo. En el equipo de salud es lo mismo. Estoy bastante agradecida por el trato que he recibido.

 

 

Alejandro – La acogida ha sido muy buena, los compañeros y compañeras nos han acogido muy bien. Además, conocer el funcionamiento de la organización es algo nuevo, y siempre nos revuelven todo con buena cara.

 

¿Qué significa para vosotros pertenecer a Cruz Roja?

Ana – Yo puedo decir con orgullo, a la gente que tengo a mi alrededor que trabajo en Cruz Roja, y te da cierta credibilidad, solvencia y seguridad. A nivel laboral, hemos comprobado que vayas donde vayas todo el mundo te abre las puertas y te trata de la mejor manera posible porque estás respaldado por el sello de nuestra entidad.

Entráis dentro de equipo de Salud para trabajar en el proyecto de personas que padecen VIH, ¿en qué consiste este proyecto y la labor que desarrolláis de cara a la sociedad?

Alejandro – El proyecto está orientado a las personas que ya se encuentran con diagnóstico de VIH. Estamos por toda la CAM y tenemos que ir rotando por distintas asambleas. El proyecto cubre la atención sanitaria, explicamos cómo es el funcionamiento del VIH, la transmisión, sus diferencias con el SIDA, el tratamiento… En la parte psicológica, llevamos atención psicológica individual, que esa la llevo yo con los grupos de apoyo. Luego pasaríamos a la parte social. También estamos dando una pequeña ayuda destinada a poder pagar productos de parafarmacia o productos que puedan necesitan esas personas y que no tengan recursos para poder pedirlo.

¿Qué tipo de perfil atendéis?

Ana – Son subsidiarios de entrar en el proyecto cualquier persona que resida en la CAM que tenga un diagnóstico de VIH. El proyecto se llama “Atención Integral a Personas con VIH en situación de vulnerabilidad”. Es decir, personas que tengan alguna situación de vulnerabilidad también están incluidas en el proyecto. Si la persona tiene VIH y no tiene una situación de vulnerabilidad también es subsidiaria de entrar en el proyecto.

Alejandro – Si nos preguntas por la población diana, suelen ser hombres que tienen sexo con hombres, comunidad LGTBIQ+, trabajadores y trabajadoras del sexo, personas que consumen sustancias… Aunque en realidad es toda la población.

 

 

¿Cómo se realiza la atención? Sabemos el marco del proyecto, pero… ¿Qué atención reciben los y las pacientes?

Alejandro – Hasta ahora hemos atendido a pocas personas. Estamos en la parte de difusión del proyecto. Llevamos desde principios de febrero. Nos están llegando derivaciones que pueden ser participantes de otros proyectos de Cruz Roja o externa de cualquier otro recurso o entidad.

Ana – Tenemos un protocolo de derivación, destinada a organizaciones externas a Cruz Roja, para que nos lleguen participantes. Aun así, también atendemos de manera directa si la persona nos contacta a través del correo electrónico.

Los puntos de encuentros suelen ser las asambleas en las que trabajamos: Madrid Sur, Getafe, Alcalá de Henares, Majadahonda-Las Rozas y Rivas Arganda. Pero tenemos flexibilidad para movernos a otra asamblea o al espacio en el que él o la participante pueda sentirse cómodo.

Alejandro – Tenemos una entrevista personal, y ahí nos cuenta las preocupaciones que tiene y vamos la forma en la que le podemos ayudar a través de la elaboración de un itinerario. Como el VIH va acompañado de un estigma, a lo mejor nos pueden pedir quedar en sitios más neutros para evitar que se les reconozca.

¿Cuántos participantes habéis atendido de momento? ¿Nos podéis contar alguna experiencia?

Ana – Hemos atendido presencialmente a 3 personas y también hemos resuelto dudas vía mail porque no han llegado a venir. El último usuario es una persona joven con diagnóstico de VIH desde hace poco. Se encuentra en Madrid en casa de un familiar, y también pertenece al proyecto TDO (Tratamiento Directamente Observado). Nos lo derivaron las compañeras para que pudiésemos apoyarle a nivel sanitario y a nivel psicológico con cualquier duda o preocupación. Le vimos el viernes pasado por primera vez, le hemos citado también esta semana y esperamos poder tener un seguimiento con él para acompañarle en el proceso.

 

 

Alejandro – Está intentando adaptarse a la nueva situación, porque se ha enterado hace poco. Entre otras cosas ,le preocupaba el asunto de tener relaciones sexuales, ya que le había cogido cierto miedo.

Ana – Es bastante común el temor a la transmisión vía sexual hasta donde hemos visto nosotros.

¿Qué objetivos os marcáis en los proyectos?

Alejandro – Tenemos marcado atender a 150 personas a lo largo del año. Pero el objetivo principal, que quizá sea algo más subjetivo, es mejorar la calidad de las personas diagnosticadas, y que sepan vivir con ella de la mejor manera posible.

Según El País, trece de cada cien personas que tienen VIH no saben que lo tienen. Además, la cifra de diagnóstico ha empeorado desde el COVID. ¿Qué labor tienen Cruz Roja en todo esto?

Ana – Los últimos dos años, los datos han disminuido porque los esfuerzos estaban más centrados en el COVID. Por eso es importante hacer hincapié en el diagnostico precoz, a través de una mejora de las pruebas rápidas, la prevención y otorgar las herramientas necesarias para que las personas con VIH puedan tener unas prácticas seguras. Así se mejora la calidad de vida de la población, porque todos somos susceptibles de contraer el virus en cualquier momento.

Alejandro – Es importante recordar, también, la importancia de la medicación, que frena la transmisión del virus, así como la prevención. Muchas veces se asocia el preservativo con el embarazo, pero el riesgo de enfermedades de transmisión sexual y VIH siempre está ahí.

¿Qué supone, como trabajadores y expertos en el tratamiento de la enfermedad, que haya salido un artículo en el que se habla de la primera curación de una mujer con VIH?

Ana – Es alentador que una enfermedad que fue tan mortal por unas décadas y que ahora se ha cronificado, pueda tener una cura. Una enfermedad que anteriormente era mortal, que no tenía tratamiento, y que ahora mismo puede llegar a curarse, sin duda es una gran noticia.

¿Qué retos os gustaría conseguir dentro de unos meses?

Ana – El mayor reto que tenemos es que Cruz Roja se haga un hueco entre las organizaciones que ayudan a personas con VIH, y poder ser referentes en ello.

Nota: El Proyecto VIH es un proyecto cofinanciado por la Comunidad de Madrid a través de los fondos provenientes de la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)

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